Los problemas de Telefónica tienen onerosas ramificaciones. Y sus principales accionistas se encuentran entre los más evidentes damnificados. Dos de sus principales accionistas, BBVA y CaixaBank, acumulan pérdidas conjuntas en su participación de alrededor de 800 millones de euros en los últimos doce meses.

La cancelación de la salida a bolsa de Telxius, su filial de infraestructuras, ha desatado el último revés a la cotización de Telefónica, que se dejó este viernes un 4% de su valor. Acumula así un recorte del 8% en 2016 y sus pérdidas en los últimos doce meses rondan el 15%. Los problemas de las economías latinoamericanas, la prohibición por Bruselas de la venta de su división británica, O2, y el posterior Brexit han supuesto una concatenación de factores que han hecho una profunda mella en la cotización de la operadora.

Telefónica, que al cierre de septiembre de 2015 alcanzaba un valor de mercado de 52.681 millones de euros, ha visto reducirse su capitalización hasta los 44.851 millones. Esta depreciación de la compañía ha supuesto, lógicamente, una notable pérdida de valor en las participaciones de sus principales accionistas. El mayor, BBVA, es propietario de un 6,96% de la compañía, según los registros de la CNMV. No obstante, la entidad explica que su participación directa es del 5%, mientras que el resto lo posee en nombre de sus clientes. Ese 5% de Telefónica se valora hoy, a precios de mercado, en 2.242 millones de euros, lo que supone 391 millones menos que hace un año. El banco resalta que sus acciones de la operadora están disponibles para la venta cuando surgiera una oportunidad apetecible.

CaixaBank, otro de los grandes accionistas de Telefónica, ha registrado una pérdida casi idéntica a la de BBVA, ya que es propietario de un 5,01% de la operadora. Los vínculos entre el banco y Telefónica son amplios, como demuestra el hecho de que Isidro Fainé, presidente de la Fundación La Caixa y, hasta el pasado junio, de CaixaBank, ostenta la vicepresidencia de la firma de telecomunicaciones.

La pérdida de valor de la participación de ambas entidades en la compañía que ahora dirige José María Álvarez-Pallete es más significativa aún si se retrocede en el tiempo. Sin ir más lejos, ambas ya eran accionistas de Telefónica en 2007, cuando el valor bursátil de la compañía llegó a superar los 100.000 millones de euros.

Dividendos

Sin embargo, cabe decir que la apuesta de BBVA y CaixaBank por la operadora también les ha reportado en los últimos años considerables retornos, en forma de dividendos. Telefónica es una de las veinte compañías europeas que más dinero reparte entre sus accionistas, y su rentabilidad por dividendo, superior al 8%, apenas tiene parangón entre las grandes cotizadas europeas.

Por eso, ambas entidades deben observar con inquietud las dudas generadas en torno al dividendo de Telefónica. Distintas firmas, como Bank of America Merrill Lynch, Sabadell o Bankinter, resaltaban este viernes que, tras cancelarse la salida a bolsa de Telxius, el dividendo de la operadora podría verse en cuestión, dada la necesidad que tiene la compañía de reducir su abultada deuda.