Día tras día, en la puerta de la (retiradísima) sede de San Fernando de Henares de la Audiencia Nacional, un grupo reducido de afectados de las preferentes de Caja Madrid espera a los 65 acusados del macrojuicio de las tarjetas black. Reducido, pero ruidoso, recibe a los exconsejeros y exdirectivos de la entidad con gritos, abucheos y también insultos. Chorizo, ladrones, golfos… y demás.

Hasta ahora los acusados han soportado el paseíllo con cierto estoicismo, alguna mirada furtiva de cabreo y poco más. Pero hoy, quinta jornada del juicio, ha sido Rafael Spottorno, exjefe de la Casa Real entre 2011 y 2014 (y también usuario de una Visa opaca), el primero que ha tratado de poner fin a esta situación.

A su llegada a la Audiencia, Spottorno ha reclamado a uno de los agentes de Policía presentes en la entrada que alejara a los preferentistas de la sede judicial. Que los alejara aún más, en realidad, porque los concentrados se encuentran ubicados no en la entrada misma, sino en la acera de enfrente.

Un segundo agente de Policía, ante la insistencia del también exconsejero de Caja Madrid, ha esgrimido que no puede hacer nada para evitar los gritos, porque los preferentistas se encuentran en la vía pública. Spottorno, y el resto de acusados, van a tener que seguir soportando los gritos de los afectados.