“Va a ser una etapa complicada”, se escucha estos días en el ámbito sindical. La cita se refiere a las negociaciones que desarrollarán hasta final del año CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme para fijar las subidas salariales de referencia para 2017, en el marco del III Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).

En primer lugar, los empresarios están cómodos con las actuales subidas de sueldo pactadas en el entorno del 1% y quieren darle continuidad, mientras que los representantes de los trabajadores pretenden dejar atrás la moderación salarial y piden más.  Pero esto es algo familiar dentro de los escenarios de negociación entre patronal y sindicatos.

La novedad es que en los últimos meses se ha producido un cierto distanciamiento entre las centrales sindicales a raíz de la renovación de la cúpula de UGT el pasado mes de marzo, en el 42º Congreso Confederal de la organización.

Se ha producido un cierto distanciamiento entre CCOO y UGT

Cándido Méndez, tras 22 años a los mandos del sindicato, fue sustituido ese mes como secretario general por Pepe Álvarez, que se impuso al candidato oficial, Miguel Ángel Cilleros. Una vez tomó posesión, Álvarez renovó por completo la ejecutiva confederal y no mantuvo a los nombres que habían negociado el III AENC. Eso, ahora, parece complicar aún más las cosas.

Lo que se juegan los sindicatos

El III AENC suscrito por los agentes sociales en junio de 2015 fijó subidas salariales del 1% para ese año y del 1,5% en 2016. De cara a 2017 se optó por dejar un espacio en blanco dado el escenario de incertidumbre económica que se vivía en el momento de la firma.

Sin embargo, el acuerdo recogía la obligación de fijar la subida salarial de 2017 en virtud de la evolución de la economía en 2016 y el cuadro macroeconómico para 2017 en los tres meses siguientes a su publicación, que finalmente se cerró el pasado 29 de julio de este año.

En cumplimiento de este mandato, los sindicatos ya han mantenido una primera reunión de la Comisión de Seguimiento del III AENC, a la que acudieron los segundos espadas de cada una de las organizaciones. Este encuentro, de carácter preparatorio, sirvió para fijar las cuestiones a tratar en próximas reuniones, que se retomarán el próximo 20 de octubre.

Entre medias, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi, han mantenido un encuentro este jueves para hablar de la situación política y económica, pero en la que también se ha hablado de sueldos.

La versión oficial que trasladan los sindicatos es que la unidad de acción de los sindicatos permanece intacta, pero aguas abajo aseguran que algo ha cambiado. Fuentes consultadas señalan que la nueva ejecutiva de UGT quiere estampar su sello y “se quiere desmarcar del anterior acuerdo”. “Es un cambio total, en UGT se busca un borrón y cuenta nueva con lo anterior, y en CCOO una continuidad”, añaden.

Una UGT sin experiencia en negociación a nivel confederal

Estas diferencias cristalizan en la apuesta de UGT por subidas salariales del 4% en 2017, una cifra que muchos consideran poco realista en un escenario de negociación confederal con la patronal, cuando para 2016 la referencia es del 1,5%.

Desde la vieja guardia de UGT también se recuerda que tradicionalmente no se ha hablado de cifras sobre subidas salariales en el caso de las negociaciones de los AENC, sino que primero se ha tratado de encontrar un diagnóstico compartido de la situación y luego una fórmula de actualización que, en última instancia, se ha traducido en dígitos. En esa dirección iban las indicaciones sobre el crecimiento económico y el cuadro macroeconómico de cara a 2017.

“El planteamiento nunca ha sido hablar sobre cifras, sino sobre indicadores, porque a nivel confederal no funciona”, asegura una de estas voces. No obstante, también defiende que el cambio de ritmo de Álvarez deja en evidencia a CCOO.

Sin embargo, del lado de CCOO parece cundir la impresión de que esta apuesta de máximos es solo una puesta en escena, que es “retórica radical”, más efectista que perseguidora de resultados.

En la organización que dirige Ignacio Fernández Toxo se achaca esta propuesta de UGT a la necesidad de ganarse una imagen más combativa y a la “falta de conocimiento sobre cómo va la negociación en el conjunto del Estado”. En este sentido, esperan que “a medida que la nueva ejecutiva de UGT vaya aterrizando se vaya normalizando todo”.

Lo cierto es que el pasado 15 de septiembre ambos sindicatos presentaron un documento guía con orientaciones para la negociación colectiva de cara a 2017, en el que no se hacía ninguna referencia a dígitos o cifras de incremento.

El documento se limita a señalar que “UGT y CCOO van a reclamar unos incrementos salariales de convenio que contribuyan de manera simultánea a consolidar el crecimiento económico, a crear empleo, a mejorar la competitividad de las empresas y a reducir las situaciones de pobreza laboral y las desigualdades económicas”.

Tampoco hablaron de dígitos los representantes de UGT en las últimas reuniones. Habrá que esperar para ver hasta qué punto todo queda en una mera diferencia de estrategias de comunicación o si la brecha se abre.