El crédito que la banca ha concedido a las grandes empresas se ha desplomado literalmente en los últimos meses. El volumen de nuevo crédito para financiar operaciones de gran envergadura -aquéllos de más de un millón de euros- ha caído casi un 33% en el acumulado anual hasta julio, frente a los primeros siete meses de 2015, según datos del Banco de España, lo que mete presión a las entidades con un balance más ligado a este tipo de operaciones.

Es el caso de Santander y BBVA, cuya exposición al crédito de grandes corporaciones se sitúa en el 35% y 27% de la cartera, respectivamente, según datos de las entidades recogidos por el bróker Fidentiis. Se trata de un porcentaje abultado que, según varios analistas, pasará factura a las cuentas del tercer trimestre que las entidades presentarán próximamente.

La debilidad del crédito afecta a todas las entidades, pero los dos grandes bancos, por el perfil de su negocio crediticio muy ligado a las grandes corporaciones, lo acusarán especialmente. Les sigue Sabadell (con una exposición del 25% a grandes préstamos, aunque de menor cuantía que Santander y BBVA, de ahí que preocupe menos a los analistas), seguido por Bankinter (16%), Bankia (14%), Popular (13%) y CaixaBank (11%).

"La demanda de nuevos préstamos por parte de las grandes compañías ha colapsado en los últimos meses. Creemos que es el resultado del programa QE (Quantitative Easing o programa de compra de activos del BCE), que está ayudando a las compañías a emitir deuda en los mercados de capitales a tipos de interés muy bajos. La expectativa de que QE se mantenga hasta finales de 2017 pone en riesgo que se cumplan las previsiones de crecimiento del crédito en 2016 y 2017", explica Mario Ropero, analista de Fidentiis, en una nota reciente a sus clientes.

Como ejemplo basta señalar que Amadeus colocó el pasado 30 de septiembre 500 millones de euros en bonos a cuatro años con una rentabilidad de apena 0,125%. Unos días antes, Telefónica captó 2.000 millones de euros con títulos a un plazo de 15 años con un cupón inferior al 2%.

Pese al mal tono que sufre la demanda de grandes préstamos de empresas, el apetito por la financiación de pequeñas y medianas compañías es robusto. El volumen acumulado de nuevo crédito por importe inferior a los 250.000 euros repunta un 4,9% hasta julio de 2016, frente a los siete meses del año anterior.

Por otro lado, el crédito para consumo y vivienda para particulares se recupera a buen ritmo. En los siete primeros meses del año, el importe de los nuevos préstamos concedidos para la adquisición de casas sube más de un 19% y alcanza casi el 24%, si se incluyen las renegociaciones. Mientras, el volumen de crédito al consumo repunta un 29% interanual en el mismo periodo.

Resultados débiles a la vista

La temporada de resultados de la banca arranca el 20 de octubre con Bankinter. Los expertos esperan que las cuentas del tercer trimestre sigan débiles en el conjunto del sector, en términos de ingresos netos y de comisiones. Éstos, en parte, se verán compensadas por la reducción de costes crediticios y operativos, en un momento en el que la banca está continuamente cerrando oficinas (580 sucursales en el primer semestre, equivalente al 2%) y recortando plantilla. Además, generalmente, las comisiones suelen comportarse peor en el tercer trimestre de cada ejercicio, marcado por factores de estacionalidad, que se corrigen en el tramo final del año. Pesará positivamente, por contra, la buena evolución de la morosidad, que sigue reduciéndose gradualmente.

De acuerdo con el consenso de mercado, Santander registrará un beneficio neto atribuido de 1.585 millones de euros en el tercer trimestre un 20% más que el trimestre anterior. Los expertos destacan que, aunque el grupo que lidera Ana Botín ha evolucionado positivamente en los últimos meses, los fundamentales de algunos de los mercados en los que opera siguen siendo complicados.

En España la Cuenta 123 está generando presión en la cuenta; en Reino Unido, Santander hace frente a las incertidumbres del Brexit; en Brasil, el entorno macroeconómico y político sigue siendo un reto, y en EEUU ha suspendido en varias ocasiones el test de estés de la Reserva Federal. Por otro lado, algunos analistas señalan que la entidad está justa de capital frente a sus homólogos de la Unión Europea. En junio, Santander tenía un 10,4%, por debajo del 11% de media de sus competidores.

Por su parte, BBVA verá reflejada en sus cuentas la exposición a Latinoamérica, donde el tipo de cambio de divisa, la incertidumbre macreconómica y la caída de la actividad de trading le pasan factura. El consenso augura un beneficio neto atribuido de 846 millones para el tercer trimestre, que supone un 24% menos que en el segundo trimestre.

En términos de capital, BBVA podría mostrar cierta debilidad en el trimestre, por el impacto de las divisas y el cálculo de los activos de riesgo en Turquía, tras haber sufrido en septiembre la rebaja de ráting de la deuda a largo plazo a bono basura por parte de la agencia de calificación Moody´s.