Noche del miércoles 30 de noviembre. El Consejo de Administración de Popular acuerda, tras varias horas de negociaciones, relevar a Ángel Ron en la presidencia de Popular. Los asistentes a la reunión llevaban desde las 10.00 de la mañana analizando la situación.

En torno a las 23.00 horas hubo fumata blanca. Emilio Saracho, vicepresidente de JPMorgan a nivel mundial, sustituiría a Ángel Ron con un objetivo claro: "Recuperar la confianza del mercado y de los inversores", explica a El Independiente uno de los consejeros de la entidad.

Reyes Calderón, consejera independiente del grupo y presidenta de la Comisión de Nombramientos, Gobierno y Responsabilidad Corporativa del banco, comunicó entonces al Banco de España que "el Consejo, por unanimidad, aprobaría la salida del actual presidente y su sustitución por Emilio Saracho" a la mañana siguiente, en una reunión extraordinaria.

Linde conoció la decisión de cesar a Ron a altas horas de la noche del miércoles, tras una reunión de 12 horas

La misma fuente asegura que, "si bien Ángel Ron no estuvo presente en el Consejo por una cuestión de fair play, también lo es que el actual presidente en funciones en todo momento fue informado de las decisiones que adoptamos los consejeros". En la misma línea, asegura que tanto el Banco de España como Economía fueron informados puntualmente de las negociaciones, que se desarrollaron con total transparencia.

Pese al ruido mediático que ha generado el cambio en la cúpula del sexto banco de España, "el objetivo del Consejo ha sido en todo momento liderar un proceso de sucesión tranquilo y ordenado. Y así ha sido, porque echar al presidente de una entidad no se consigue sin el amplio consenso del Consejo. En los últimos días, los ejecutivos han ido sumándose a Antonio Del Valle y Reyes Calderón, los consejeros que en un primer momento plantearon la necesidad de un cambio en la cúpula".

Pero el transcurso de las últimas horas no es valorado igual por todas las partes próximas al banco. Un ejecutivo de la firma considera que "el cese de Ron es el resultado de una maniobra orquestada con artes cuestionables por parte de Del Valle y sus apoyos".

Esta fuente señala que cuando Reyes Calderón comunicó a Luis María Linde el miércoles, casi a media noche, la decisión del Consejo de incorporar a Saracho, no había quórum entre los reunidos. Paralelamente, la consejera independiente habría trasmitido a los miembros del Consejo que Linde respaldaba la llegada del vicepresidente de JPMorgan como sustituto.

Es decir, en opinión del citado directivo, la economista y novelista habría jugado sus cartas para conseguir aunar voluntades recurriendo a medias verdades.

Ejecutivos afines a Ron cuestionan las tácticas con las que Reyes aglutinó el apoyo de los consejeros

Un sector de Popular afín al depuesto presidente cuestiona la labor del Banco de España o, al menos, considera que una hipotética mediación del regulador hubiera cambiado el curso de los acontecimientos.

"Ha habido consejeros activistas para derrocar a Ron, y otros que expresamente apoyaban al ahora presidente en funciones. Otros, sin embargo, se alineaban con el primer ejecutivo, pero no han dado un paso al frente porque era evidente que la parte disidente del Consejo no iba a cejar en su empeño. Linde no ha mediado y eso ha permitido alcanzar un consenso poco firme, con fisuras", explica. Y añade: "los mexicanos han ganado el pulso al Consejo y a los reguladores que, hace apenas 24 horas, habían manifestado su alineación con Ron".

En cualquier caso, lo que sí es un hecho es que la caída de la acción, que pierde un 70% en el año, dada la debilidad del balance del banco lastrado por la exposición inmobiliaria, y el ataque de los inversores especuladores que adoptan posiciones bajistas, han condicionado el relevo del primer espada de la entidad.

Ayer, de hecho, el mercado valoró positivamente la noticia del cambio de presidencia y la acción se apuntó un alza superior al 13%, la mayor subida en cuatro años.