La Audiencia Provincial de Madrid ha tumbado el último pleito de Fomento para evitar la primera liquidación de una autopista en quiebra: la AP-36, que une Ocaña y La Roda. “Desestimamos el recurso de apelación interpuesto por la Abogacía del Estado en nombre y representación de Seittsa (sociedad estatal dependiente del Ministerio)”, sentencia el auto de la Sección Vigesimoctava de la Audiencia, compuesta por tres magistrados y emitida el pasado 18 de noviembre.

El auto, al que ha tenido acceso El Independiente y que no admite recurso alguno, agota así la vía judicial para evitar la absorción por parte del Estado de una carretera en quiebra, lo que implica la nacionalización de las pérdidas. La AP-36 fue liquidada el 26 de febrero de 2015 por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid, contra el cual Fomento puso un recurso que ha durado un año y nueve meses.

El auto no admite recurso por la vía judicial y aboca a la liquidación de la AP-36

La AP-36 cuenta con 147 kilómetros y discurre íntegramente en Castilla-La Mancha, entre Ocaña (Toledo) y La Roda (Albacete). Su tráfico no alcanza los 4.000 coches diarios anuales. Propiedad de Ferrovial y Sacyr, fue la primera de las nueve en entrar en bancarrota. Cuando solicitó el concurso de acreedores, allá por 2012, arrastraba una deuda de 522 millones. Ahora el temor para Fomento es que se produzca una cascada de liquidaciones.

La decisión judicial aleja la posibilidad de rescate; esto es, un acuerdo entre las concesionarias, que piden 5.500 millones de euros, y Fomento. Una alternativa que prácticamente descartó el lunes en TVE el ministro Íñigo de la Serna. “Un acuerdo que facilite las cosas es muy difícil, porque muchas entidades han vendido su deuda”, señaló. Concretamente, como adelantó este diario, gran parte de la deuda de las nueve radiales en concurso ha sido adquirida por fondos buitre estadounidenses.

Futuro incierto

La situación que viene es incierta. De la Serna asegura que “las autopistas revertirán al Estado y el Estado decidirá cómo gestionarlas”. Fuentes conocedoras de las negociaciones, consideran que Fomento podría hacer un último intento para alcanzar un acuerdo, pese a la decisión del juez sobre la AP-36. Pero ésto supondría pactar un rescate con las empresas concesionarias y los fondos; una opción bastante improbable a la vista del fracaso de las negociaciones mantenidas durante el último año.

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De perecer esta posibilidad, el Ministerio se haría cargo de los peajes pero se activaría la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), el arma oculta de las concesionarias y la banca privada: se trata de un aval estatal que las constructoras nacionales y las entidades financieras extranjeras utilizaron para construir estas autopistas de pago. El bajo volumen de tráfico –producto de estudios de viabilidad desastrosos- y el elevado coste de las expropiaciones hundieron la cuenta de resultados de las radiales y aceleraron el concurso de acreedores de las nueve carreteras.
El problema para Fomento es que de activarse la RPA, el coste para el Gobierno puede elevarse por encima de los 8.000 millones de euros, porque a los 5.500 millones que reclaman las constructoras hay que sumar otros 3.000 millones por litigios.

En julio de 2014 la banca extranjera acreedora rechazó la quita de Fomento

 

En julio de 2014 las concesionarias y la banca acreedora extranjera (Société Générale, Natixis, Bank of Scotland, etcétera) rechazaron el acuerdo propuesto por el Ministerio, al cargo del cual se hallaba Ana Pastor. Argumentaron que la propuesta de Fomento, que aparentemente implicaba una rebaja de la deuda del 50%, en la práctica suponía una quita de hasta el 80%

Con todo, los fondos estadounidenses están comprando a la banca internacional la deuda de las autopistas con quitas agresivas de hasta el 90%. Estas firmas confían en que con solo desencadenarse la RPA saldrán ganando. El primer gran desafío de De La Serna no está en Renfe ni en Aena ni en desbloquear la Operación Chamartín: está en las autopistas de peaje. Todo el embrollo tampoco deja en muy buen lugar a Juan Alfaro, recientemente nombrado presidente de Renfe: Alfaro, al frente de Seittsa, fue el muñidor del rescate fallido de hace dos años.