Una de cal y otra de arena en los planes de expansión internacional del grupo turístico Barceló. La compañía ve cómo se enfría su entrada en China, que incluso puede acabar aplazándose si rompe con su actual socio y se ve obligada a buscar un nuevo aliado local. Pero también se ha lanzado a rastrear oportunidades de inversión para iniciar su desembarco en un mercado de tanto potencial como Oriente Medio.

Barceló cerró el pasado junio un acuerdo con el gigante chino Plateno para entrar en China. Se trataba de una alianza de masterfranquicia, por la que Barceló cedía su marca al grupo oriental para abrir un centenar de hoteles en la próxima década. Sin embargo, el socio no está respondiendo y la compañía mallorquina se plantea romper el acuerdo en los próximos meses.

El grupo se plantea romper con su socio chino Plateno por no abrir ninguno de los hoteles comprometidos. Buscaría otro aliado local

Plateno, que ha cambiado de dueño y el gigante Jin Jiang ha tomado el control de un 81% de su capital, no ha abierto de momento ninguno de los hoteles comprometidos. Si el parón continúa así durante este 2017, Barceló tendrá libertad de dar por concluido el acuerdo unilateralmente y buscará un nuevo socio para crecer en China y en el conjunto de Asia.

“Si no se firma en los próximos meses ningún contrato, romperíamos con Plateno. Y para crecer buscaríamos otro socio local”, explica Raúl González, consejero delegado de Barceló Hotel Group. El interés del grupo español por entrar con su marca en China –aunque sea sin gestionar directamente los hoteles- persiste, y se entiende como un primer paso para posteriormente desembarcar en otros países asiáticos, como Tailanddia, Filipinas, Malasia o Indonesia. “Podemos esperar un año a Plateno, pero no más. Así que estamos dispuestos a hablar con otros porque Asia es un mercado que nos interesa mucho”.

Objetivo Oriente Medio

A la espera de que el parón de los planes en China se resuelva, Barceló se ha embarcado en otra aventura en su proceso de expansión. El grupo de la familia Barceló se ha propuesto entrar en el muy atractivo mercado de Oriente Medio y del Índico, y ya ha trasladado allí a equipos de manera permanente para buscar oportunidades para desembarcar y para estudiar distintas fórmulas de hacerlo.

Los planes de Barceló pasarían por sumar hoteles en destinos como Dubai y Qatar, y también en otros más puramente vacacionales como Seychelles, y hacerlo mayoritariamente a través de contratos de gestión. No obstante, la compañía también estaría dispuesta en caso de encontrar un socio local idóneo a entrar con una participación minoritaria en una sociedad conjunta que comprara los establecimientos, siempre que Barceló se reservara la gestión.

Un mercado alocado

El grupo mallorquín cuenta actualmente con un total de 133 hoteles. El año pasado firmó la incorporación de 12 establecimientos y su objetivo es sumar a lo largo de 2017 un mínimo de otros 20. La mayoría de estos nuevos hoteles se integran en la cadena, con alguna de sus cinco marcas, a través de contratos de gestión, pero el grupo también quiere crecer con compras.

La cadena ya ha desplazado a la zona equipos de la compañía para la busqueda de hoteles en Dubai o Qatar

La compañía cuenta con una capacidad de endeudamiento fenomenal para financiar esas adquisiciones. La corporación Barceló –que integra el negocio de hoteles y de viajes- cerró el año pasado con un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 331 millones de euros, un 9% más. Barceló se ha autoimpuesto un límite de endeudamiento de entre dos y tres veces el ebitda, lo que le permitiría disparar su deuda hasta el entorno de los 1.000 millones desde los poco más de 400 millones actuales. Esto es, la compañía dispone de una capacidad de endeudamiento de unos 600 millones.

La compañía busca opciones de compra para aprovechar ese potencial inversor, tanto para la incorporación de hoteles independientes como para cerrar alguna operación corporativa de calado que le permita crecer por la vía rápida (en esta tarea, la compañía participó en las negociaciones para absorber la cartera de 19 hoteles que acaba de vender la socimi Merlin, pero acabó renunciando por el alto importe).

Sin embargo, la cúpula de Barceló se está encontrando con propietarios que piden precios disparatados tanto para  la venta de los inmuebles como por su alquiler. “Hay oportunidades de compra, pero sólo las aprovecharemos si tienen precio razonable y nos resulten rentables. El mercado vuelve a estar alocado y se piden precios poco sostenibles”, dice González. “Nos gustaría cerrar operaciones de calado, pero hay gente que se le ha olvidado lo que ha vivido el sector hace unos años y reclaman precios insostenibles”.