En junio de 2014 Andrew Ochoa y su equipo se propusieron crear un traductor de idiomas en tiempo real que, como si fuera una suerte de pinganillo, cualquiera pudiera llevar en su oreja a la hora de conversar con una persona que utiliza otra lengua. Han pasado casi tres años y, por futurista que suene, lo han conseguido.

Waverly Labs es la empresa que, dirigida por el propio Ochoa, ha dado vida a este prodigio de la tecnología. El dispositivo en cuestión se llama Pilot y todavía está en fase de pruebas, pero no alcanzaremos el verano sin que comience a estar presente en las orejas de mucha gente del mundo.

Para lograr la financiación que le permitiera desarrollar los primeros prototipos, Ochoa y sus muchachos abrieron una campaña en IndieGogo, en la que cualquiera podía colaborar y hacerse con una de las unidades de Pilot antes que nadie. La campaña se cerró en junio de 2016 y consiguió acumular 4.340.548 dólares, más de cuatro millones de euros, en un claro caso de éxito. Han cerrado la campaña recaudando un 3.180% de lo que necesitaban.

El proceso ha sido lento, pero siempre ha ido avanzando. En abril de 2015, apenas 10 meses después de empezar a trabajar en ello, ya se había conseguido desarrollar un prototipo del software, y poco después se hizo lo propio con la parte material.

Combinación de tecnologías

El dispositivo funciona a través de la combinación de varios procesos tecnológicos. El primero es el reconocimiento de voz, que sirve para que el wearable identifique la voz del emisor. Lo hace gracias a un par de micrófonos con cancelación del ruido, que sirven para filtrar lo que se debe traducir y obviar el ruido que puede afectar a la conversación.

Después entra en funcionamiento la traducción, para lo que es necesario instalar una aplicación en el smartphone. Es ahí, en esa app, donde se realiza el cambio de idiomas y se envía las palabras hasta el oído del que lo viste. En el proceso, según la teoría, apenas se producirán dos segundos de retraso en el diálogo.

Los tres colores en los que está disponible Pilot.

Los tres colores en los que está disponible Pilot.

Pilot funciona con una batería recargable que tiene una autonomía de entre cuatro y seis horas. En la aplicación ya está disponible la traducción en español, inglés, francés, italiano y portugués, pero la compañía ya ha informado de que, según sus previsiones, en otoño estará disponible un nuevo paquete de idiomas que incluirá el árabe, el ruso o el alemán. Estas lenguas, eso sí, tendrán un coste original para todos los usuarios que no hayan comprado sus dispositivos antes de mayo de este año.

Por supuesto, la compañía ya ha advertido de que el dispositivo no es perfecto. Permitirá una traducción ágil que, según han comentado, se irá haciendo más rápida con el tiempo, pero el dispositivo cometerá algunos pequeños errores en la traducción.

Muchas posibilidades

Pilot sí que dará a sus usuarios muchas opciones. Gracias a la aplicación se pueden tener conversaciones entre más de una persona -siempre que todos los participantes en ella tengan uno de los auriculares- e incluso se puede lanzar un mensaje a través del altavoz del smartphone en el que esté instalada la aplicación para que lo escuchen todos los presentes en una sala.

La idea de los creadores es que, en el corto o medio plazo, ya se pueda vestir el dispositivo y que éste traduzca todo lo que el usuario escuche a su alrededor, sin la necesidad de que un interlocutor también lo esté llevando.

Cualquiera puede comprar ya uno de estos Pilot si bien no comenzarán a enviarse, si se cumplen todos los plazos previstos, hasta el próximo mes de mayo. Hasta esa fecha tiene un coste de 199 dólares, poco más de 186 euros, pero el precio se elevará hasta los 299 dólares, 279 euros, pasada esa fecha. A cuatro meses de que se despachen ya se han vendido 8.748 unidades y serán muchos más según avance el tiempo.

El idioma ya no será una preocupación a la hora de hacer un viaje de placer o de trabajo, a la hora de conocer a una persona o cuando llega el momento de ver una película en tiempo real. Waverly Labs, de la mano de Pilot, ha puesto el futuro al alcance de la mano. O de la oreja.