A río revuelto, ganancia de pescadores.  El refrán se ha convertido en un mantra que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, dice tener muy presente en los últimos días. Porque el objetivo del Gobierno es, según el ministro, evitar que en plena escalada de precios de la electricidad -el río revuelto- haya compañías que se aprovechen para incrementar sus ingresos.

Desde el Gobierno se identifica una larga lista de causas del fuerte incremento del precio del mercado eléctrico mayorista -que tiene un peso de un 35% en el recibo final que pagan los clientes con tarifa regulada-. A saber, la subida del precio del petróleo y el gas, el incremento de las exportaciones de energía a Francia por el parón de parte de sus centrales nucleares, la escasez de viento y agua que obliga a utilizar centrales de gas y carbón para generar electricidad, en lugar de la eólica y las hidroeléctricas, que son más baratas...

Los consumidores pagan 700 millones al año con su recibo para que las centrales de gas funcionen si hace falta

Pero en la última semana el propio ministro no ha ocultado en público sus suspicacias sobre la posibilidad de que detrás del subidón del precio también haya irregularidades de los operadores que participan en el mercado mayorista, que son las compañías eléctricas y todo tipo de brókeres financieros que compran y venden la electricidad y determinan parte del precio que pagarán los usuarios al día siguiente.

Nadal pidió por carta el 30 de diciembre a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que investigara la posible existencia de maniobras para elevar el precio de manera irregular. Y la respuesta que obtuvo del supervisor es que éste ya había abierto pesquisas sobre las causas de las subidas del mercado eléctrico y el del gas natural.

Sus sospechas no se quedan ahí. El Gobierno se ha decidido a investigar si las eléctricas están incumpliendo su obligación de tener disponibles sus centrales de gas para generar electricidad si la demanda nacional lo requiere. Y es que las compañías energéticas están obligadas -y cobran una retribución especial por ello- a tener a punto sus centrales de ciclo combinado por si las energías renovables y la hidráulica no son suficientes para cubrir la demanda, como está sucediendo actualmente.

"Estamos estudiando si las centrales están cumpliendo su contrato", dijo ayer el ministro Nadal en su comparecencia en la comisión del ramo en el Congreso de los Diputados. "Estamos viendo si las centrales están teniendo capacidad de respaldo y cuentan con gas suficiente almacenado para funcionar".

Red Eléctrica (REE) ha solicitado información a las compañías eléctricas para que confirmen que tienen a punto todas sus centrales de gas y de que cuentan con el combustible suficiente para activarlas inmediatamente en caso de ser necesario. Las eléctricas han informado a REE de que tienen almacenado el gas necesario o disponen de contratos de compra para conseguirlo si hiciera falta, según informan a El Independiente fuentes conocedoras del proceso.

Las eléctricas garantizan a REE que sus centrales están a punto y disponen de gas almacenado. Pero algunas no lo han tenido

Sin embargo, fuentes del mercado apuntan que algunas ciclos combinados no han funcionado en los últimos días cuando ha hecho falta en pleno incremento de la demanda eléctrica. "Parece que se ha tratado de casos puntuales por no disponer de gas almacenado. Pero hay que investigarlo", se apunta desde el Ministerio de Energía.

Los consumidores pagan cada año en su recibo de la luz entre 700 y 800 millones de euros por los denominados pagos por capacidad, que se trata de una retribución que se da a las centrales de gas y de carbón por actuar como garantes de que habrá oferta suficiente cuando las renovables o las hidráulicas no pueden atenderla. Las centrales de gas están infrautilizadas desde hace años -el año pasado funcionaron apenas a un 10% de su capacidad-, lo que parece que podría haber hecho que algunas compañías se hayan relajado en su deber de garantizar que actuarán de respaldo en caso de ser necesario.

Nadal defendió ayer en el Congreso el sistema de pagos por capacidad. En algunos países europeos en lugar de ofrecer una retribución a las centrales simplemente por estar disponibles, las instalaciones sólo cobran cuando son utilizadas y en función de la energía producida (una fórmula denominada sólo energía). "Esta opción sólo la utilizan los países que tienen mucha interconexión internacional. Y no es el caso de España", dijo el ministro.