Emilio Saracho, presidente de Popular desde el pasado 19 de febrero, asegura en un comunicado interno a la plantilla que "ni el Presidente ni el Consejo han tomando decisión alguna" sobre el futuro de la entidad, en respuesta a noticias publicadas recientemente "de carácter especulativo".

La nota de Popular señala que una hipotética fusión "entra dentro de las muchas y posibles alternativas con las que cuenta cualquier entidad". Junto a ello, se baraja la venta de activos no estratégicos y una ampliación de capital.

Asegura que una fusión "entra dentro de las posibles alternativas con las que cuenta cualquier entidad"

La dirección del banco subraya que su "política continúa siendo la de siempre: servir a nuestros clientes día a día y hacer del banco una institución de la que nos sintamos orgullosos".

Popular busca lanzar un mensaje tranquilizador a la plantilla, aquejada de un constante flujo de noticias en torno a su incierto futuro. "El desafío de Popular es enorme. Además de un aumento de capital, venta de activos, y fusiones y adquisiciones, hay otras opciones a considerar. Todas las alternativas no dependen de la voluntad de Popular, sino del interés del mercado, los inversores y posibles compradores. De ahí que el resultado final de la estrategia que implemente Saracho sea desconocido", explican desde Fidentiis.

Los expertos advierten de que el futuro no depende de Saracho, sino del interés del mercado y los inversores

"Parece claro que Saracho tiene que presentar una hoja de ruta para el banco tan pronto como sea posible. Esta hoja de ruta debe incluir la eliminación de activos. Dependiendo del interés del mercado, no descartamos otra ampliación de capital. Y, en el escenario hipotético de una fusión, creemos que es probable que cualquier comprador condicione al precio una gran limpieza", añaden.

Popular terminó 2016 con una ratio de capital de máxima calidad Tier 1 completamente implementada del 8,2% frente al 11% de sus competidores. Por otra parte, la exposición del banco activos improductivos de 36.000 millones es el doble que la media del sector, en términos relativos, con una cobertura ligeramente inferior a la media (46% frente al 50% de otros bancos). Fidentiis estima que el banco necesita 3.000 millones de euros de capital para elevar su solvencia al 11% y aumentar la cobertura de activos improductivos hasta el 50%.