Popular cuelga el cartel de se vende sobre sus activos no estratégicos para generar capital y avanzar en la constitución de una estructura viable y sostenible. Emilio Saracho, presidente del banco desde el 20 de febrero, está trabajando en el plan estratégico que presentará a finales de mayo. Entretanto, ha dado luz verde a la venta de negocios que ya estuvieron en el mercado, como la filial de banca privada o el banco americano Total Bank.

Junto a ello, planea deshacerse de su participación en la filial especializada en tarjetas WiZink, donde cuenta con el 49% del capital, mientras Värde Partners controla el 51%. Es el negocio más rentable del grupo. Con una cartera de crédito de en torno a 3.000 millones de euros, genera un beneficio de 500 millones. El 100% de WiZink podría estar valorado en torno a 2.500 millones de euros, según estimaciones de fuentes próximas a Popular a las que ha tenido acceso El Independiente.

Saracho ya ha mandatado la venta de la banca privada y Total Bank; ahora planea deshacerse del 49% de WiZink

La historia de WiZink es la historia de una sucesión de operaciones corporativas. A mediados de 2014, Popular llegó a un acuerdo con Citibank para comprar su negocio de banca de consumo en España. En diciembre de ese año, vendió el 51% de bancopopular-e, que integra el negocio de tarjetas de Popular y el adquirido a Citibank, al fondo Värde Partners. En abril de 2016, Bancopopular-e anunció la compra de Barclaycard, el negocio de tarjetas de crédito de Barclays en España y Portugal.

En cuanto a la venta de Total Bank, Saracho ya ha dado el mandato de la venta a UBS, según publicó Bloomberg. El elevado interés por esta entidad podría disparar su valoración por encima de 20 veces su PER (relación precio beneficio por acción), lo que situaría su precio alrededor de los 500 millones de dólares (465 millones de euros). Popular calcula que podría lograr unas plusvalías de entre 150 y 200 millones de euros con esta operación.

La otra desinversión que está sobre la mesa es la de Popular Banca Privada, tal como adelantó El Independiente. Deloitte, que fue mandatada para la venta en las negociaciones que tuvieron lugar entre 2015 y 2016, vuelve a la carga. Ha elaborado un nuevo teaser, bautizado como Proyecto Smart, en el que actualiza las principales cifras de la actividad de banca privada. Detalla que la operación se refiere al 100% de la entidad y no sólo a una participación minoritaria como cuando abrió el proceso hace dos años.

El documento recoge cómo el patrimonio de la filial ha caído en 632 millones en el último año hasta situarse en 7.043 millones de euros, de los que la mitad está invertido en fondos de inversión y un 20% en acciones. El resto se reparte entre pensiones, sicavs, depósitos, activos inmobiliarios y créditos.

Necesidades de capital crecientes

Llama la atención que la venta de Popular Banca Privada no contempla ningún tipo de acuerdo con Popular, por lo que las comisiones que hasta ahora debía pagar a la matriz ya no serán más trasladadas. Ello, en 2016, ha supuesto un incremento en los ingresos por comisiones de cinco millones de euros en el balance de situación proforma. Esta cesión contribuye a que la filial patrimonial termine el ejercicio con un beneficio después de impuestos de 18,1 millones de euros en modelo proforma, frente a 2,2 millones que constaba en las cuentas al cierre de diciembre.

Las cifras en cuanto a las necesidades de capital de Popular son difusas. En general, los analistas consideraban hace unas semanas que 3.000 millones podrían bastar para sanear el balance del banco. Sin embargo, cada vez más se inclinan a elevar la cifra por encima de los 4.000 millones y algunos, incluso, hablan de hasta 6.000 millones.