Garoña fue el primer precedente, y ahora seguirán el ejemplo el resto de centrales nucleares españolas. Iberdrola y Endesa, que controlan a partes iguales la central de Santa María de Garoña a través de la sociedad Nuclenor, solicitaron la reapertura de la planta burgalesa hasta 2031, justo cuando cumplirá 60 años.

El Gobierno estudia ahora el expediente, tras el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), y decidirá en los próximos meses hasta cuándo y con qué condiciones podría producirse finalmente la reactivación de Garoña (aunque las propias compañías no están ya demasiado interesadas en reabrir la planta, la más vieja y la más pequeña de España, porque no les compensaría ejecutar las inversiones millonarias necesarias).

Las eléctricas, en cualquier caso, se disponen a hacer lo mismo con el resto de centrales nucleares del país y solicitarán llevarlas hasta los 60 años de un plumazo. Los permisos de explotación de la mayoría de las centrales expiran entre 2020 y 2021 (todas menos el de la de central de Trillo, que caduca en 2024), y eso hace que las compañías tengan que iniciar los procesos de renovación entre este año y el próximo.

Y los dueños del resto de  las centrales, a la sazón también Endesa e Iberdrola y con participaciones menores Gas Natural Fenosa y EDP, pretenden solicitar para cada una de las plantas la ampliación de sus licencias también hasta que cumplan 60 años desde su construcción, según confirman a El Independiente fuentes del sector conocedoras de los planes de las eléctricas.

Todas las centrales

Las compañías oficialmente guardan silencio sobre sus intenciones y prefieren no desvelar los plazos que manejan para ampliar la vida útil de sus plantas nucleares. La dirección de la central de Almaraz, la primera en tener que iniciar el proceso –debe presentar la petición de renovación antes de julio- tampoco suelta prenda sobre la duración de la prolongación que solicitará. Pero en principio no está prevista ninguna excepción y la petición hasta los 60 años será general para todo el parque nuclear.

Las actuales autorizaciones de las centrales nucleares de Almaraz (Cáceres) y de Vandellós II (Tarragona) estarán vigentes hasta 2020, y las de Ascó (Tarragona) y Cofrentes (Valencia) caducan en 2021. La central de Trillo (Guadalajara) es la que dispone de mayor plazo, y su licencia estará vigente hasta 2024.

En todos los casos, la renovación de los permisos supone que el funcionamiento de las plantas supere los 40 años, el plazo que tradicionalmente se ligaba a la vida útil de las centrales por ser el fijado en las especificaciones técnicas de su diseño. Pero las compañías eléctricas quieren ir más allá y aprovechar los nuevos procesos de renovación para promover definitivamente la operación a largo plazo de sus instalaciones y llevarlas hasta los 60 años.

La pasada semana, directivos de las divisiones nucleares tanto de Iberdrola como de Endesa comparecieron en la ponencia del Congreso de los Diputados de relaciones con el CSN. Lo hicieron a puerta cerrada, pero según varios diputados presentes en la comparecencia, los ejecutivos de ambas compañías mostraron su convencimiento de que sus centrales nucleares funcionarán "al menos hasta los 60 años".

Una convicción compartida por el sector nuclear nacional al unísono. "Aquí seguimos discutiendo sobre si las centrales pueden funcionar 40 años, cuando en otros países, como en Estados Unidos, se debate sobre si en vez de 60 años habría que extender la vida útil hasta los 80", apunta un directivo del sector.

El Gobierno: “Se estudiará caso a caso”

Endesa e Iberdrola, los dos principales operadores nucleares del país, sacarán partido de manera directa de los cambios normativos promovidos por el Consejo de Seguridad Nuclear para hacer posible que se concedan permisos de larga duración. Hasta ahora, el CSN se autoimponía la prohibición de dar el aval técnico a renovaciones de licencias por más de 10 años. Pero el organismo ultima la modificación de una norma de uso interno que hará posible que el Gobierno pueda conceder permisos por más de una década. Y que también supondrá requisitos de seguridad más exigentes, según varias fuentes del sector.

El Ministerio de Energía es el único que tiene potestad para dar el visto bueno a la ampliación de las licencias de las centrales, una vez obtenido el aval técnico del CSN. El departamento comandado por Álvaro Nadal avala la ampliación de la vida útil de las centrales, subrayando que todas las tecnologías de generación eléctrica son indispensables y no se puede prescindir de ninguna de ellas.

Desde el Ministerio, no obstante, no se confirma si el Gobierno va a aprovechar el nuevo marco normativo promovido por el CSN y conceder nuevas licencias a las centrales por más de 10 años. “Se estudiará caso a caso”, apuntan fuentes ministeriales.