La Operación Lezo también se deja notar en los parqués. La sombra de la sospecha ha recaído sobre Indra y OHL después de que la Guardia Civil iniciara un registro en la sede de ambas compañías en busca de información sobre su implicación en el mismo caso por el que el miércoles fue detenido el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

La desconfianza generada por estos registros ha provocado un notable descalabro de ambas compañías sobre el parqué español. Especialmente significativas han sido las caídas de OHL. El grupo constructor ha experimentado recortes superiores al 14%, lo que se ha traducido en la pérdida de cerca de 200 millones de euros de capitalización.

El varapalo a OHL empaña la positiva evolución de la compañía en bolsa en los últimos tiempos. Al cierre del miércoles, el grupo se situaba entre los valores más alcistas del mercado español en 2017, con alzas que superaban el 37%.

Indra, por su parte, sufría recortes en el entorno del 5%, destacándose como el peor valor del Ibex. En su caso, la pérdida de capitalización rondaba los 150 millones de euros, con lo que perdía la barrera de los 2.000 millones de euros de valoración.

El grupo tecnológico también ha destacado por su positiva evolución bursátil en los últimos meses. Hasta el miércoles acumulaba alzas en 2017 superiores al 18%. Este rendimiento ha menguado a poco más del 12% con el castigo encajado este martes.

El nerviosismo de los inversores también era patente en los elevados volúmenes de negociación que registraban ambos valores. A media sesión, se habían intercambiado 12,5 millones de títulos de Indra, casi el triple que la media habitual a lo largo de todo el día. Del mismo modo, los 76 millones de acciones de OHL que se habían negociado suponían casi tres veces más de los 27 millones que se negocian de media.

Los expertos inciden en que resulta muy difícil evaluar el impacto de estas noticias ante la falta de datos y claridad sobre las responsabilidades, si las hubiera, y las posibles sanciones a las que tendrían que hacer frente ambas compañías. A esto se añadiría, igualmente, el daño reputacional que estas noticias tienen sobre la marca de las compañías.