Popular lleva al Opus Dei en las venas desde hace casi 70 años. La presencia de miembros de la institución ultracatólica en el accionariado del banco se ha mantenido hasta nuestros días, condicionando, en la sombra, la estrategia de una entidad que históricamente ha financiado los proyectos de la Obra y ha servido como instrumento para entretejer relaciones e influencias al máximo nivel en las instituciones políticas, económicas y sociales de España.

En los últimos meses el influjo del Opus ha estado especialmente presente: desde la salida del expresidente Ángel Ron hasta la discutida lucha por la independencia y el control del grupo. La crisis interna vivida desde finales de 2016 en el seno del conocido como 'el banco de la Iglesia' lleva el sello del Opus Dei y, más recientemente, de los Legionarios de Cristo.

El Opus Dei controla más del 12% del capital del banco y tiene la llave de su futuro

El Opus Dei controla más del 12% del capital del banco y tiene la llave de su futuro. La Sindicatura de Accionistas, con el 9,5% de las acciones, aglutina a las familias que forman el núcleo duro del banco. Está representada en el Consejo por Francisco Aparicio Valls, hombre de confianza de la prelatura. Tan de confianza que, en el ámbito del Opus, no se le conoce como el secretario general del consejo, sino como el general secretario, cuyo poder ha sobrepasado al del propio Ángel Ron.

"¿Quién ha rendido todos estos años cuentas a quién: Ron a Aparicio o Aparicio a Ron? La respuesta es clara. Sin el apoyo de Aparicio, que representa a la Obra, Ron hace tiempo que habría dejado la presidencia. Luis Valls Taberner nombró a Ángel como su sucesor porque, más allá de que fuese profesional, era manejable por el Opus y serviría a sus intereses", señala un miembro de una familia histórica del banco.

Valls Taberner, nombrado en 1957 vicepresidente de Popular y, posteriormente, presidente entre 1972 y 2004, fue numerario con los tres votos: castidad, obediencia y pobreza. Solía repetir, con toda la razón, que en Popular el poder está en la trastienda.

Del Valle intentó derrocar a Aparicio, el hombre del Opus en el Consejo, para controlar la Sindicatura

Junto a la Sindicatura, la Unión Europea de Inversiones (UEI), sociedad instrumental que agrupa a varias tradicionales grupos de empresarios también vinculados al Opus Dei, cuenta con casi un 3% del capital de Popular. El UEI está vinculado a la Universidad de Navarra y las familias Mora-Figueroa, Pasquín, Nigorra, Oroviogoicoechea, Revoredo, Martínez Igartua, Domecq, Sendagorta, Molins, Montuenga y Martínez-Echevarría, entre otras.

Ultracatólicos enfrentados

La influencia del Opus, como primer grupo de poder del banco, ha colisionado con Antonio Del Valle, el accionista mexicano que, con el apoyo de la consejera independiente Reyes Calderón, orquestó la salida de Ángel Ron. Del Valle, miembro de los Legionarios de Cristo, intentó en varias ocasiones derrocar a Francisco Aparicio Valls para colocarse al frente de la Sindicatura, pieza clave para controlar la entidad.

La trayectoria espiritual de Del Valle es intensa. Pasó por el Opus Dei y posteriormente se unió a los Legionarios de Cristo. En las catequesis del controvertido padre Maciel, fundador de esta congregación, Del Valle conoció a Carlos Slim, con quien mantiene una fluida relación, además de negocios conjuntos como la cementera Elementia.

Slim y Del Valle se conocieron en la catequesis del padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo

Del Valle es la cabeza visible en el accionariado de Popular de un heterogéneo grupo de familias millonarias mexicanas entre las que figuran varias seguidoras de los Legionarios de Cristo. El debate religioso sobre la preponderancia del Opus o los Legionarios es recurrente entre éstas.  El grupo azteca entró en Popular a finales de 2013 con el 6% del capital y  hoy controla, oficialmente, el 4% del banco, aunque fuentes próximas aseguran que, a través de diversos instrumentos y sociedades, su participación real se duplica.

En su estrategia para ascender al poder y colocar a los Legionarios en la cúpula de Popular, Del Valle ofreció a Ángel Ron,  en medio de la guerra soterrada que mantenían ambos, firmar la paz. La condición era que Ron accediera a cesar al secretario del consejo y representante de la Sindicatura, Francisco Aparicio, para colocarse él mismo al frente del órgano de representación de la entidad. Ron rechazó su petición. Legalmente, hubiera sido inviable porque el grupo azteca habría estado sobrerepresentado en el Consejo. Mas allá del escollo formal, Aparicio, como representante del Opus, tenía su puesto más que asegurado. Ahora, sin embargo, con el giro de timón que ha dado la entidad, su futuro es incierto.

Las relaciones entre Del Valle y Ángel Ron se rompieron definitivamente cuando, tras el verano de 2015, el millonario azteca intentó integrar Popular con Sabadell. Hubo una reunión a la que asistieron, además de Ron y Del Valle, Josep Oliu, presidente de Sabadell y Jaime Gilinski, inversor colombiano, entonces accionista de referencia del grupo catalán. Ron consideró en ese momento que la operación no beneficiaba al accionista de Popular.

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Para Del Valle, que en los últimos años ha tratado de impulsar operaciones con BBVA, Santander y CaixaBank, la fusión con Sabadell le permitía alinear sus intereses con otras dos fortunas latinoamericanas con las que mantiene una estrecha relación: Jaime Gilinksi y David Martínez. Ambos mostraron entusiasmo al recibir la propuesta del mexicano, que después se frustraría.

Otra de las operaciones que también quedó por el camino y que, entre algunas familias afines al Opus Dei, hubiese tenido todo el sentido, era la compra de Popular por parte de CaixaBank. En 2013 hubo intensos acercamientos entre Ron e Isidro Fainé, entonces presidente del grupo catalán y cercano de la Obra.

Fainé es, además, amigo de Carlos Slim, quien formó parte del consejo de administración de La Caixa hasta noviembre de 2011. El hombre más rico de México y una de las mayores fortunas del mundo es accionista de referencia, con casi el 1% del grupo, en el que invirtió 100 millones a finales del año pasado, a través de Imbursa. El magnate es, además, amigo de Del Valle. Una fusión entre ambas entidades, con Slim, Del Valle en el núcleo duro, y Fainé al frente, hubiese solucionado al Opus la papeleta de Popular. Pero entonces, hacia 2012, la debilidad del banco no era tan evidente. La operación no salió adelante. El porqué es difuso. Algunas fuentes señalan que Ron se negó porque perdía poder. Otros, que fue la Sindicatura quien la frenó.

El cuestionado rol de Reyes Calderón

El papel de la consejera independiente Reyes Calderón, también militante en el Opus Dei, ha sido clave en el cambio de presidencia de Popular. En abril de 2016 fue nombrada presidenta de la Comisión de Nombramientos, Gobierno y Responsabilidad Corporativa del banco, a propuesta de Ron. En principio, era de su confianza. Luego se convirtió en su enemiga.

En su entorno, su comportamiento descoloca. "O ha resultado ser realmente una consejera independiente y vio que el banco necesitaba un giro en su estrategia, entonces chapeau, o le pudo la ambición", comentan. Sus estrechos vínculos con el Opus la colocaban en una situación privilegiada para, en un momento dado, sustituir a Aparicio. Sin embargo, su continuidad está en entredicho actualmente, tras los últimos cambios en el consejo.

La consejera Reyes Calderón, del Opus Dei, ha sido clave en la caída de Ron, aliándose con Del Valle

Calderón se convirtió durante los últimos días de 2016 y arranque de este año en la más firme aliada del mexicano Antonio del Valle en su cruzada para derribar a Ron. Fue ella quien mantuvo contactos con el Banco de España y el Ministerio de Economía para impulsar la sustitución de Ángel Ron por el actual presidente Emilio Saracho, tras aglutinar los apoyos del Consejo.

También hay quien liga la inacción en torno a Popular o, al menos, "el mirar hacia otro lado" del Ministerio de Economía, a las simpatías del actual ministro, Luis de Guindos, con el Opus Dei. Hasta pocas horas antes de la caída de Ron, Guindos y Jesús María Linde, gobernador del Banco de España, apoyaban al entonces presidente.

Economía retiró su apoyo a Ron cuando Credit Mutuel y Allianz respaldaron el cambio en la presidencia

Por qué ambos mandatarios dieron la espalda al expresidente y cedieron a la presión de Del Valle y Calderón es una incógnita para algunas familias del núcleo duro del banco.

Sin embargo, fuentes próximas a las negociaciones que se sucedieron esos días, en plena convulsión del consejo, apuntan que fue clave la postura de dos accionistas de referencia en el grupo. El banco francés Crédit Mutuel y la aseguradora alemana Allianz, que controlan el 4% y 3,5%, respectivamente, manifestaron al Ejecutivo su apoyo a un cambio en la presidencia de Popular.  Y llegó Emilio Saracho, ex vicepresidente de JPMorgan.

Además, el reciente nombramiento de Miguel Escrig, afín al Opus Dei, como director general adjunto al presidente, ha sido interpretado por gran parte del accionariado como un mensaje de tranquilidad, un guiño a la Obra, que sigue siendo el alma del banco.