El Banco de España insta a la banca a fusionarse para mejorar su rentabilidad en un entorno adverso. Tal y como consta en el informe de estabilidad financiera, la institución que preside Luis María Linde constata que "el nivel de concentración del sector bancario español se ha incrementado, pero sigue en niveles reducidos respecto a la concentración de otros sistemas bancarios europeos".

Por tanto, en opinión del organismo, "aún existe margen para que las entidades consideren posibles operaciones corporativas, que podrían llevar asociadas ganancias de eficiencia, que contribuirían a afrontar con mayores garantías los elementos de presión a los que está sometida la rentabilidad del sector bancario español".

El negocio de la banca tradicional se enfrenta al desafío digital y a la aparición de las fintech

Adicionalmente, el Banco de España advierte de que "el negocio de la banca tradicional se enfrenta al desafío que supone el desarrollo de nuevas tecnologías y la aparición de las empresas denominadas fintech".

En concreto, dice el regulador de la banca española, el sector "se enfrenta al reto de la transformación tecnológica que afecta al modo en el que se proporcionan y se usan ciertos servicios bancarios".

Añade que "estas innovaciones, entre las que se encuentran el uso de diferentes dispositivos móviles, el procesamiento de mucha información de manera muy rápida —big data— o las nuevas tecnologías de tratamiento de información a distancia o en la nube, suponen una alternativa a la posibilidad de seguir mejorando en eficiencia y ofrecer servicios nuevos, o de mayor calidad, a sus clientes".

En este contexto, el organismo recuerda que "los beneficios que procedan del uso de las nuevas tecnologías no están exentos de costes, ni de riesgos. Costes procedentes de las inversiones necesarias en tecnología y riesgos relacionados con temas de privacidad de datos, fraude o ciberataques".

Objetivo: mejorar la rentabilidad

La rentabilidad sobre fondos propios (ROE) se ha convertido en una obsesión para el sector con el objetivo puesto en alcanzar el doble dígito. En 2016, la ratio se redujo en 1,3 puntos porcentuales hasta el 4,3%, desde el 5,6% de 2015.

El Banco de España repasa en su informe cómo "en los primeros años del siglo XXI, el ROE registró valores elevados, por encima del 12% todos los años, que alcanzaron su máximo en el año 2007, en el que rozó el 20%. Entre el año 2000 y el año 2007, el ROE se incrementó 6,5 puntos porcentuales, y el aumento se debió al incremento de los resultados, dado que los fondos propios también crecieron, reduciendo así el ROE".

Con el estallido de la crisis, el ROE se redujo notablemente, principalmente como consecuencia de la reducción en los resultados, aunque el aumento de los fondos propios también redujo su valor. "En particular, entre el año 2007 y el año 2013, el ROE descendió casi 15 puntos porcentuales, hasta situarse en valores cercanos al 5%. En los años siguientes, el ROE se mantuvo relativamente estable en torno a estos valores", señala.

El FMI manifestó en un reciente informe su preocupación porque tres de cada cuatro bancos europeos no son rentables.  "En 2016, casi tres cuartas partes generaron escasa rentabilidad (definida como un rendimiento del capital inferior a 8%)", señaló el organismo en su informe semestral sobre la estabilidad financiera mundial (Global Financial Stability Report, GFSR).

El organismo internacional, en línea con la opinión del Banco de  España, considera que, “aunque se están tomando medidas para solucionar las dificultades de rentabilidad, es necesario progresar más para subsanar la bancarización excesiva en los países que enfrentan mayores retos”.