Cinco meses después, el mercado ha perdido la fe en la OPEP. Los precios del crudo descendieron este miércoles hasta sus niveles más bajos desde el pasado 29 de noviembre, confirmando el fracaso del plan que la principal organización de productores de petróleo firmó un día después en Viena, cuando acordó la primera congelación de la oferta en ocho años.

El objetivo de la OPEP era impulsar los precios del petróleo mediante una reducción de la oferta de crudo. Pero los cálculos de la institución se han visto golpeados casi desde el primer momento por el incremento de la actividad de los productores no afectados por aquella restricción y, especialmente, por parte del sector del shale oil, de gran pujanza en Estados Unidos.

Precisamente, en los últimos días se ha conocido que la producción de petróleo en territorio estadounidense se ha elevado hasta los 9,29 millones de barriles diarios, el nivel más elevado desde agosto de 2015. Según las estimaciones de la industria, en 2018 Estados Unidos podría superar su récord de producción de crudo, que data de 1970.

El Brent y el Texas acumulan retrocesos próximos al 14% en las últimas tres semanas

Estos datos han echado por tierra hasta el momento las pretensiones de la OPEP, llevando el desánimo a los inversores. El precio del barril Brent y West Texas se desinflaba este jueves más de un 4%, situándose en los 48,7 y los 45,8 dólares, respectivamente. En poco más de tres semanas, ambos acumulan retrocesos en el entorno del 14%.

"El mercado parece haber perdido temporalmente la fe en ver nunca un impacto de los recortes de la OPEP en los inventarios", opina Michael Cohen, jefe de investigación de materias primas energéticas en Barclays, en declaraciones a Bloomberg.

Ante la constatación de la escasez de resultados de sus políticas de restricción de oferta, los países de la OPEP han empezado a plantearse en las últimas semanas la posibilidad de extender los recortes más allá de los seis meses previamente acordados.

La organización se reúne el próximo 25 de mayo en Viena para tratar la ampliación de las restricciones de producción durante el segundo semestre del año y, desde hace varias semanas, varios países miembros han dejado entrever su disposición a extender el acuerdo actual. Aunque las primeras noticias sobre esta opción generaron repentinos estallidos de optimismo en el mercado, pronto surgieron las dudas sobre sus posibilidades de éxito.

“La extensión de los recortes de suministro supone ampliar una estrategia que ha tenido menos éxito de lo esperado”, indicaba recientemente Norbert Rücker, jefe de análisis Macroeconómico y de Materias Primas en Julius Baer.

Además, los escasos logros del acuerdo actual podrían generar ciertas disensiones en el seno de la OPEP, ya que algunos países podrían temer estar cediendo cuota de mercado a los productores no convencionales. De hecho, varios ya se han mostrado remisos a ampliar las restricciones pactadas en noviembre.

Los expertos discrepan sobre las posibilidades de éxito de una extensión de los recortes

Con todo, hay firmas que defienden que, de proseguir con su estrategia actual, la OPEP acabará logrando que la oferta y la demanda se equilibren en los mercados de crudo. "Pensamos que la OPEP logrará extender los recortes y veremos que los inventarios caen en la segunda mitad del año", observa Michael Cohen.

El descalabro del crudo también tenía efecto sobre las empresas del sector. El índice sectorial del S&P de Exploración y Producción de Petróleo y Gas cedía este jueves cerca de un 5%, en su mayor caída en once meses y se situaba en sus niveles más bajos desde el pasado agosto.

En Europa, el recorte fue menos pronunciado, pero el índice sectorial acumula ya un descenso del 4,5% en las últimas tres semanas.