El avance del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas del mes de abril es la foto fija de un cambio de ciclo económico. Ofrece un panorama mucho más optimista que hace un año en lo que se refiere a la marcha del país en general; los españoles confían más en la marcha del país, creen de forma mayoritaria en la recuperación que abandera el Gobierno. Sin embargo, crece la preocupación por la calidad del empleo y las pensiones, mientras las rentas no acaban de despegar.

La encuesta, realizada entre los días 1 y 8 de abril, periodo en el que dieron a conocer los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social de ese mes con un resultado históricamente positivo, muestran que el porcentaje de españoles que veía la situación económica como mala o muy mala se ha reducido en casi 10 puntos porcentuales en un año, hasta acercarse al 50%. Al mismo tiempo, aquellos que esperan que la coyuntura mejore en el plazo de un año repunta del 17,8% al 24,8%.

Estas previsiones tienen una conexión directa con la visión de los españoles respecto al mercado laboral. Al preguntar a los encuestados cuáles son los principales problemas de la economía, la respuesta rápida sigue poniendo por delante al paro, con un 48,1% del total. Sin embargo, esta respuesta superaba el 50% en abril de 2016. De la misma manera, a la pregunta de cuál es el primer problema que les afectaba personalmente a los encuestados, estos contestaron nuevamente el paro, en un 27,9% de las ocasiones. Sin embargo, un año antes esta proporción era del 34,3%.

Pero la situación personal no mejora tanto

Sin embargo, el optimismo que parece cundir entre los españoles no tienen una clara correlación con su situación personal, al menos a la vista de las respuestas dadas al respecto. Solo un 1,4% de los encuestados aseguraron que su situación económica personal es muy buena, apenas tres décimas más que en abril de 2016, y el 31% la calificaron de buena, la misma proporción que entonces.

Mientras tanto, se incrementa del 48,3% al 51% el porcentaje de respuestas que aseguran que la situación sigue siendo regular y, en todo caso, mejoran las opiniones que la tildan de mala o muy mala, del 19,2% al 16,4%.

Y es que, mientras la economía mejora y el empleo se regenera, las rentas siguen sin tener un repunte significativo. El salario de los funcionarios solo subirá este año un 1%, las pensiones lo harán un 0,25% y la subida media pactada en convenio este año ronda el 1,3%, porcentajes todos ellos inferiores al IPC --del 2,4% en abril--.

Según el barómetro del CIS, la proporción de hogares españoles que cobran 1.200 euros mensuales netos, después de pagar impuestos, solo se ha reducido el último año en apenas un punto porcentual, hasta el 30%. Además, aquellos que declaran ganar entre 1.201 y 6.000 euros caen del 35,3% al 34,9%. Solo los que aseguran ganar más de 6.000 euros limpios cada mes aumentan del 0,4% al 0,7%.

La preocupación por las pensiones se dispara

Con estos datos no es de extrañar que entre los motivos de preocupación que han aumentado este último año, al tiempo que cedía el temor al desempleo, tengan relación con la calidad del empleo y las pensiones.

La precariedad es el primer problema que afecta personalmente al 4,8% de los encuestados y el segundo para el 3,5%. No son grandes porcentajes, si se comparan aún con el desempleo, pero muestran una progresión. En abril de 2015, estas ratios eran del 2,6% y 2,2%, respectivamente.

Lo mismo ocurre con las pensiones. Un 6,9% de los encuestados afirma que este es su principal motivo de malestar, casi el doble que hace un año (3,8%).

Si se reformula la pregunta y se atiende a lo que se considera el principal problema que existe actualmente en España, los problemas relacionados con la calidad del empleo avanzan desde un 4,3% al 6,7% y las pensiones del 2,5% al 4,5%. Estas últimas han entrada ya en el ránking de los 10 principales dolores de cabeza de los españoles.