Emilio Saracho, presidente de Popular desde el pasado 20 de febrero, pactó con la entidad que, en el momento en el que cesen sus funciones, cobrará 1,5 millones de euros por trabajar como asesor externo durante un año, según confirman a El Independiente fuentes próximas al grupo.

Esta especie de bonus de salida se suma a la prima de fichaje por importe de cuatro millones de euros y a una retribución fija anualizada de casi 1,5 millones de euros, cifra algo superior a los 1,22 millones que percibió Ángel Ron, su antecesor en el cargo, en 2015, según consta en el informe de retribuciones, remitido recientemente por la entidad a la CNMV. La remuneración fija y variable no podrá exceder los 2,5 millones de euros.

Por un año de trabajo y otro como asesor externo, Saracho se embolsaría 7 millones de euros más un posible bonus

Además, el presidente del grupo, procedente de JPMorgan, negoció "el derecho a percibir una determinada ayuda económica para su desplazamiento a España", ya que residía en Londres.

Algunas fuentes apuntan que, puesto que el futuro del banco es incierto y su sostenibilidad pasa por una ampliación de capital o integración en un grupo más grande, no es descartable que el contrato de Saracho incluya, además, una cláusula por operación corporativa que engorde aún más su remuneración.

Es decir, por un año de trabajo y otro como asesor externo, Saracho se embolsaría 7 millones de euros, sin contar el pago de una posible retribución extraordinaria, que podría sumar un millón de euros adicional. La cifra está al nivel del salario que percibe Ana Botín, presidenta de Santander, entidad que ganó más de 6.200 millones en 2016, frente a las pérdidas de 3.500 millones registradas por Popular en ese periodo.

Las condiciones del contrato de Saracho son el resultado de la elevada capacidad de negociación que tuvo el banquero a finales del año pasado, ya que el anuncio de su incorporación a Popular se realizó antes de que se hubiese firmado el contrato y en un momento delicado para la entidad, dada la salida de Ángel Ron.

Cambios en la política retributiva

Recientemente, la entidad modificó la política de retribución del equipo directivo argumentando los nuevos requerimiento de la Guía de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés). Sin embargo, algunas fuentes del mercado consideran que la nueva política, que da más peso a la retribución variable, es una baza que guarda Saracho para poder cobrar un bonus mayor.

El nuevo sistema de retribución cuenta con una parte fija anual -que consta de una retribución fija dineraria, determinadas retribuciones en especie y aportaciones al sistema de previsión social- y una parte variable, cuya cuantía está determinada sobre la base de objetivos vinculados con los resultados del grupo, el desempeño de sus funciones y la generación de valor a largo plazo.

La documentación precisa que el pago del 40% de la totalidad de la retribución variable se hará por partes iguales en efectivo y en acciones durante el primer trimestre del ejercicio siguiente al que corresponda la remuneración. El 60% restante quedará repartido en un periodo de cinco años.

Este importe variable se puede ver reducido en el caso de que el banco presente resultados negativos, no se alcancen los ratios de capital adecuados o existan recomendaciones o exigencias por parte de las autoridades supervisoras.

Este sistema retributivo permitirá que los consejeros ejecutivos puedan cobrar retribuciones en especie tales como seguros de enfermedad para el consejero y su familia o seguros de vida con un capital asegurado equivalente a una anualidad de la retribución fija dineraria que se mantendrá hasta que el consejero cumpla 65 años.