Bruselas ha rectificado. Parece que, por fin, confía en que España será capaz de reducir el peso de su deuda pública al menos hasta 2019, como viene asegurado el Gobierno desde años atrás.

La Comisión Europea ha reformulado sus cálculos en el marco de las previsiones de primavera, publicadas este jueves con una revisión al alza del horizonte de crecimiento económico hasta el 2,8%, incluso por encima de los pronósticos del Ejecutivo.

Eso hace que, aunque es de esperar un incremento del volumen total de la deuda pública, su peso en el contexto total de la economía se diluya.  De esa manera, España saldrá, ahora sí, del dudoso club de los países con una deuda por encima del 100% de su PIB, en el que permanecerán Portugal, Grecia o Italia.

No hace falta remontarse demasiado tiempo atrás para encontrar informes de la UE en los que, no solo creía que la evolución de la deuda pública de España sería peor que lo que esperaba el Gobierno, sino que además pensaba que marcharía en dirección contraria.

El Gobierno elevó sus previsiones en lo que respecta a este saldo cuando remitió a Bruselas el Plan Presupuestario 2017. A la espera de una siguiente actualización, el objetivo de deuda para 2016 pasó del 99,1% al 99,8% del PIB, y para 2017, del 99% al 99,7%.

Sin embargo, las previsiones de otoño de la UE, publicadas escasamente un mes más tarde que las del Gobierno, preveían que la deuda escalaría desde el 99,5% del PIB en 2016, hasta el 99,9% en 2017. Además, Bruselas esperaba que este lastre alcanzara el 100% del PIB en 2018.

Después, en febrero de 2017 la Comisión Europea redujo el cálculo para este año, hasta el 99,7% y añadió un año más a sus previsiones: pronosticó que en 2018 la deuda pública se mantendría en el 99,7%, igual que en 2016. Estos nuevos pronósticos avanzaban que la deuda pública sobre el PIB cedería a partir de 2018.

En paralelo, el Gobierno revisó el cuadro macroeconómico que serviría de sustento a los Presupuestos de 2017. En este nuevo panel, la deuda pública se situaría en el 98,8% este año, en el 97,7% en 2017 y en 95,4% en 2019.

Y es ahora, cuando la UE realiza sus previsiones de primavera, cuando, por fin, ha alineado la senda de sus previsiones con las del Gobierno español. La Comisión Europea prevé que la ratio de 99,4% del PIB se reduzca al 99,2% este año y al 98,5% en 2018.

Pero la deuda pública sigue incrementándose

Con todo, la vigilancia de la UE va más allá y en recientes estudios ha anticipado que la deuda pública española podría repuntar al 108% del PIB en un plazo de una década, porque el montante total sigue creciendo y es de esperar, en cambio, que el avance del PIB se modere. De hecho, Bruselas prevé una moderación del crecimiento hasta el 2,4% en 2018.

El Gobierno no esconde esta realidad. En la primera notificación de los déficit y deuda pública reales y previstos, de las dos que el Ejecutivo está obligado a remitir a Bruselas dentro del procedimiento de déficit excesivo, el Gobierno avanza que la deuda bruta alcanzará este año los 1.146.000 millones de euros, unos 40.000 millones de euros más que en 2016 (+3,5%)

La razón de este aumento no se puede buscar en la carga de intereses, puesto que las mejores condiciones de financiación permitirán que esta partida apenas se incremente este año un 2,7%. Un nuevo elemento a tener en cuenta este año es que el Tesoro emitirá deuda para tapar, en parte el agujero de las pensiones, tras el agotamiento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.