Pescanova está de vuelta en el parqué. Más de cuatro años después de que la CNMV acordara la suspensión de su cotización, al desvelarse notables irregularidades en sus cuentas, las acciones del grupo alimenticio han vuelto a negociarse. Y lo hacen con un desplome mayúsculo: sus títulos firman caídas próximas al 95%.

De este modo, Pescanova, que contaba en el momento de su suspensión, en marzo de 2013, con una valoración bursátil de 170 millones de euros, ha visto minimizarse su capitalización a apenas 9 millones, lo que le convierte en el valor más pequeño de la bolsa española.

Durante las tres primeras horas de negociación ya se han negociado más de 9 millones de acciones del grupo alimenticio, casi un tercio del total, unas cifras que plasman la huida de inversores tras más de cuatro años con su dinero retenido en los títulos de la empresa.

La CNMV ya advirtió el pasado lunes que “aunque el precio de cotización de las acciones puede estar sometido a una elevada volatilidad al haber estado suspendidas de negociación durante más de cuatro años y dadas las circunstancias en las que se encuentra la sociedad, no resulta oportuno prolongar adicionalmente la suspensión”.

Adelantándose a la previsible avalancha de ventas de las acciones, la Sociedad de Bolsas había decidido eliminar el tope de fluctuación que suele aplicar a las cotizaciones de las compañías.

La vuelta al parqué de Pescanova se produce después de una profunda reestructuración, ejecutada después de que en 2013 se desvelase un agujero de unos 1.000 millones de euros en su balance que se había ocultado mediante artificios contables.

El grupo es propietario de un 1,6% del hólding Nueva Pescanova, donde se han agrupado los negocios de la compañía bajo la dirección de los antiguos acreedores. No obstante, Pescanova podría elevar su participación en este grupo hasta el 20% si los tribunales dieran la razón a sus actuales reclamaciones.