El Gobierno parece dispuesto a negociar duro con la Comisión Europea los términos de la futura Unión Energética continental. El gran objetivo español pasa por aumentar la interconexión eléctrica con el continente. Y es que España es a todos los efectos una isla energética -dada la baja capacidad de intercambiar electricidad con Europa a través de Francia-, lo que hace que garantizar el funcionamiento de su sistema eléctrico le resulte más costoso que a los países que cuentan con el respaldo de sus vecinos.

El Ministerio de Energía ha trasladado a la Comisión Europea su intención de vincular la obtención de esa mayor interconexión y la contribución española al objetivo de renovables europeos para 2030. Sin interconexión, la propuesta española será más modesta para alcanzar la meta que se ha marcado a la UE de generar un 27% de la electricidad con energías renovables a finales de la próxima década.

El Gobierno quiere que el objetivo de renovables de cada país esté ligado al nivel de interconexión

“Nuestro nivel de interconexión con Europa es irrisorio, de menos del 3%”, se quejó el ministro de Energía, Álvaro Nadal, la pasada semana en un encuentro con periodistas, contraponiendo el 60% que alcanza entre los países del centro de Europa. “Para nosotros es vital aumentar la interconexión”. Tanto que se muestra dispuesto a condicionar el ritmo de crecimiento de las energías renovables en España en el futuro si no se consiguen garantías de Bruselas.

“Cumplir con los objetivos medioambientales en situaciones de aislamiento es mucho más costoso. Nos cuestan más las redes, nos cuesta más tener energía de respaldo… Estoy dispuesto a contribuir al objetivo europeo del 27% de generación eléctrica con renovables, pero si es al mismo coste que los demás países”, subrayó el ministro. “Queremos que se establezca una vinculación directa entre cuántas renovables hay un país y cuánta interconexión tiene. Es una cuestión de justicia”.

Condicionando el objetivo 'verde' de 2030

España genera actualmente un 17,3% de su electricidad con energías renovables y con las subastas de nueva potencia renovable promovidas por el Gobierno prácticamente estará ya cumplido el compromiso con Bruselas de llegar a 2020 con un 20%.

Sin más conexión con Francia "asumiremos objetivos de renovables menos ambiciosos", avisa el ministro

El Ministerio de Energía debe ahora aprobar una nueva planificación energética de cara a 2030, donde tiene que establecer un nuevo mix energético (el peso que tiene cada tipo de energía –nuclear, carbón, gas, renovables…- en la generación eléctrica nacional) y en el que debe fijar su contribución al objetivo de la UE de que el continente alcance el 27% de renovables al final de la próxima década.

La apuesta del Gobierno es clara. “Los objetivos de renovables de cada país deben hacerse en función del nivel de interconexión”, indicó Nadal. O eso “o asumiremos objetivos menos ambiciosos de renovables, porque, si no, sería demasiado costoso para España”. Ahora está por ver si Bruselas acaba aceptando la pretensión de España de convertir el objetivo de renovables en moneda de cambio para obtener otras contrapartidas.

Los planes del Gobierno pasarían por que la Unión Europea convierta en vinculante el compromiso de elevar la interconexión. Ya existe una hoja de ruta que marca que la conexión debería pasar desde el 3% actual hasta el entorno del 10% en 2020 y del 15% en 2030, pero España quiere que los compromisos sean obligatorios para impulsar de manera real los proyectos. En paralelo, el Ejecutivo también reclama que Bruselas garantice que el presupuesto comunitario participará más intensamente en financiar los proyectos de unión eléctrica entre España y Francia.

Mantener nuclear y carbón

Es precisamente este aislamiento energético la causa principal que esgrime el ministro Nadal para defender que España no puede prescindir de ninguna energía, defendiendo así que se amplíe la vida de las centrales nucleares y de las centrales de carbón.

La escasa interconexión hace que las renovables -cuyo funcionamiento depende de si sopla el viento, luce el sol y/o hay agua en los pantanos- no sean lo suficientemente seguras para atender los picos de demanda y hagan falta las otras tecnologías que sí pueden funcionar como respaldo (centrales nucleares, de gas natural y de carbón).

Todo ello en un momento en que las eléctricas amenazan con echar el cierre de sus nucleares si no se garantiza su rentabilidad y que han anunciado la futura clausura de varias plantas de carbón.