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Aena se lanza a crecer en Asia y EEUU y confirma una lluvia de dividendos

Edificio de Servicios Centrales de Aena en Madrid.

Edificio de Servicios Centrales de Aena en Madrid. Europa Press

La cita estaba planeada para el 4 de junio. Era entonces cuando Aena había previsto presentar su nuevo plan estratégico 2018-2021. La puesta de largo de la nueva hoja de ruta iba a ser por todo lo alto, con el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, como maestro de ceremonias.

Pero el giro político que supuso el éxito de la moción de censura y la caída del Gobierno de Mariano Rajoy cambió los planes. Aena, controlada por el Estado con una participación del 51% del capital a través de Enaire, aplazó la presentación sine díe. Hasta hoy.

El nuevo Gobierno, ahora con José Luis Ábalos al frente de Fomento, y la nueva dirección de la propia Aena, con Maurici Lucena como presidente en sustitución de Jaime García-Legaz, han insistido durante meses de se respetaría las grandes líneas del plan estratégico que ya había sido aprobado por el anterior consejo de administración del grupo. Hoy han presentado, por fin, la nueva hoja de ruta.

Entrar en Asia y Norteamérica

El nuevo plan estratégico marca grandes objetivos de futuro. Por un lado, potenciar el crecimiento de su negocio principal, el de la gestión aeroportuaria, al tiempo que impulsa la actividad comercial (las tiendas y restaurantes) en los aeropuertos para elevar el ingreso por pasajero en los comercios un 6,5% en dos años.

Además, el grupo pretende entrar lanzarse a nuevas áreas negocio, fortaleciendo al máximo su proceso de expansión internacional y la explotación de macroproyectos inmobiliarios en las inmediaciones de sus aeropuertos, especialmente los de Madrid y Barcelona, que se desarrollarán durante dos décadas.

Aena pretende lanzar un plan de expansión internacional para reforzarse en los mercados en que ya está presente (Latinoamérica y Europa) y para entrar en nuevas regiones de gran potencial, con el foco puesto en Asia, Oriente Medio y Norteamérica, según la presentación remitida por el grupo a la CNMV.

El objetivo de la compañía es contar con mayoría accionarial en los consorcios en que participa para gestionar infraestructuras internacionales, pero se muestra dispuesto a estar en minoría o a ejercer un control compartido en los nuevos mercados para la compañía y en los que su titularidad pública supone un hándicap. Un internacionalización que está supeditada a encontrar proyectos que alcancen los umbrales de rentabilidad que exige la compañía.

"Aena se encuentra en una posición privilegiada para seguir con su expansión internacional", señala la compañía en su presentación, en la que se destaca que al tiempo que buscará entrar en nuevos proyectos, consolidará sus activos actuales intentando ampliar las concesiones del aeropuerto de Luton, en Londres, y la de los aeropuertos de Cartagena y Cali, en Colombia.

Lluvia de dividendos para el Estado

La nueva dirección de Aena ha confirmado el compromiso del grupo de a mantener durante los próximos tres años una generosa política de dividendos, que contempla repartir un 80% de sus beneficios entre sus accionistas cada ejercicio. De hecho, el presidente Maurici Lucena ha confirmado el "inequívoco compromiso" de la compañía con la retribución a sus accionistas.

Según las previsiones del grupo, el beneficio neto este año alcanzará los 1.271,6 millones de euros, un 3,2% más, y en 2019 se elevará hasta los 1.311,1 millones, un 3,1% más. No ofrece estimación de beneficio para 2020, pero de confirmarse la previsión de los analistas, podría situarse entre los 1.300 y 1.400 millones ese año. Las estimaciones está por debajo de lo que esperaban los analistas, lo que se ha castigado en bolsa con caídas que han llegado a ser del 5% a lo largo de la sesión.

Con estas previsiones de beneficios, la compañía podría repartir entre sus accionistas unos 3.100 millones de euros con cargo a las cuentas de 2018, 2019 y 2020. El principal beneficiario de esa lluvia de dividendos será el Estado español. La sociedad enteramente pública Enaire controla un 51% del capital de Aena, tras la privatización parcial de la compañía en 2015, así que ingresará algo más de la mitad de la retribución prevista. El Estado puede acabar ingresando entre 1.500 y 1.600 millones en tres años gracias a la generosa política de dividendos de Aena.

La retribución a los accionistas no ha dejado de aumentar desde la privatización de la compañía, al calor de unos beneficios igualmente crecientes. En los últimos tres ejercicios, la sociedad estatal Enaire ya ha ingresado algo más de 997 millones de euros en dividendos.

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