La declaración de Luis Bárcenas no pasará precisamente a la historia por haber arrojado luz sobre el origen de su abultada fortuna o sobre la financiación irregular del PP. Sus abogados ya se habían encargado previamente de rebajar las expectativas. El tiempo de tirar de la manta ya pasó.

En resumen, su versión de los hechos puede resumirse en estas diez verdades:

1º Su fortuna (que alcanzó casi 50 millones de euros) proviene de su fino olfato para las inversiones.

2º Sus gastos los pagaba con el dinero que obtenía por la venta de cuadros. Por eso no hay salida de dinero de sus cuentas durante unos años.

3º El PP no necesitaba financiarse ilegalmente. Le sobraba el dinero.

Álvaro Lapuerta (su jefe y antecesor en el puesto de tesorero) era un hombre honrado.

5º Su esposa (Rosalía Iglesias, también imputada) no se enteraba de nada. La declaración de la renta la hacían él y su asesor fiscal.

Francisco Correa utilizó el nombre del PP en vano para hacer negocios y llegó un momento en que creyó que el partido era suyo.

7º Correa nunca le dio dinero, ni a él ni al partido.

Mariano Rajoy decidió prescindir de Correa cuando fue informado de sus malas prácticas.

9º No había contabilidad b, sino "contabilidad extra contable".

10º No sustrajo 300.000 euros de la caja b porque era materialmente imposible debido al exceso de celo de Lapuerta.

El ex tesorero del PP se contradice a sí mismo. Pero no importa: todo es tan relativo como la "contabilidad extra contable"

El problema de su declaración es que contradice lo que él mismo ha manifestado en otros juzgados. Por ejemplo, cuando admitió que había empresarios que pagaban en metálico al partido. Si comparamos su relato con el de Correa ante el mismo tribunal las contradicciones ya resultan estratosféricas.

Bárcenas ha comprobado en propia carne que tirar de la manta no sólo no le beneficiaba penalmente, sino que implicaba tener que reconocer unos delitos que ahora pretende dejar en el terreno ambiguo de lo probable.

Por tanto, el ex tesorero del PP ha optado por construir su propia posverdad. Algo que está muy de moda. Y, para ello, ha recurrido a un original oxímoron: la "contabilidad extra contable".

La versión de Bárcenas sobre lo ocurrido en el PP entre 1990  y 2008 y su papel como gerente y tesorero suena tan poco creíble como ese creativo concepto suyo. Es decir, es una verdad no veraz.