Pedro Antonio Sánchez ha agotado ya todos los tiempos, ha recibido todos los apoyos de su partido murciano, todo el respaldo de la dirección nacional del PP  y hasta del propio presidente Rajoy. Ahora se supone que va a seguir aguantando amarrado al cargo hasta que se celebre la moción de censura, cosa que tendrá lugar este miércoles y este jueves. Y acto seguido, perder el gobierno de Murcia por lo menos hasta las próximas elecciones autonómicas de 2019, que será cuando se celebren de verdad.

Porque si en este momento Ciudadanos se lanza a apoyar la candidatura del socialista Rafael Sánchez Tovar porque se haya creído, o se quiera creer, que éste va a convocar elecciones dentro de seis meses, es que hay que ser muy ingenuo o estar muy en la cuerda floja para dar por bueno ese compromiso. Pero ése es el escenario al que se asoma el Partido Popular si su recién elegido candidato no opta por la solución más conveniente para su partido y que, por lo tanto, debería ser la solución obligada: presentar hoy mejor que mañana su renuncia al cargo.

Ya son demasiadas apuestas lanzadas por el todavía presidente a la mesa de la ruleta

No puede Pedro Sánchez aguantar el pulso que le han lanzado desde la oposición a base de forzar la pérdida del gobierno de Murcia para su partido. Porque si lo hace, provocará la salida de sus puestos de todo el equipo del PP que, no nos engañemos, se quedarán al pairo hasta el año 2019 porque el ganador de la inminente investidura no va a permitir abandonar la presidencia en el mes de septiembre. De ninguna manera, entre otras cosas porque si las primarias del PSOE no las ganara su candidato, que es Pedro Sánchez, ya podría ir olvidándose de ser elegido en las primarias de su región para elegir al candidato a la presidencia de Murcia.

De manera que el PP quedaría fuera del Gobierno dos largos años por obra y gracia de un presidente empecinado y, por otra parte, cercado por esta nueva petición al Tribunal Superior de Justicia de Murcia del juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional para que se investigue a Pedro Antonio Sánchez por presuntos delitos de fraude, cohecho y revelación de información reservada. Ya son demasiadas apuestas lanzadas por el todavía presidente a la mesa de la ruleta. Pero lo está haciendo con fichas de su partido, no suyas, y en esa apuesta su partido puede perderlas todas. De hecho, está a punto de perderlas. Le quedan dos días para comprobarlo.

Y esa triunfalista pretensión del PP murciano de que en las próximas elecciones el partido arrasaría  y Ciudadanos se hundiría en lo más profundo del pozo es el cuento de la lechera en versión electoral. Manejemos la hipótesis más candorosa, la de que en septiembre Tovar acepta poner su cargo a votación. ¿Han calculado los populares cómo iban a ser estos primeros y únicos seis meses de gobierno socialista con apoyo de Podemos?  Muy fácil, sería una comisión de investigación interminable sobre los desmanes y las corruptelas del PP, fundamentadas o no, pero imprescindibles para cerrarle el paso y ahogar sus esperanzas de recuperar el poder.

Y si manejamos la segunda hipótesis, esto es, que el socialista ignorara el compromiso de convocar elecciones anticipadas en septiembre y permaneciera en su puesto hasta mayo de 2019, los populares murcianos habrán de saber que partirán de cero, porque lo que hayan hecho hasta ahora estará durmiendo en el baúl del olvido y ellos serán uno de los varios partidos que pelearán por la victoria. Y dos años es una eternidad en la que pueden suceder muchísimas cosas, no siempre buenas.

Una de ellas, que sea finalmente imputado por el caso Auditorio, y otra, que el Tribunal Superior de Justicia de Murcia acepte investigar a Sánchez por el caso Púnica. No corre un riesgo, ya corre dos. Y, sobre todo, quien lo corre es su partido que está en un tris de perder el Gobierno de la Región de Murcia.

Ya se le ha dado todos los apoyos. Muy bien, pero ni un paso más hacia el barranco

Lo dicho: ya se le han dado todos los apoyos desde todos los niveles de su partido, ya ha sido recién elegido presidente del PP murciano, ya ha aguantado hasta el final. Muy bien, pero ni un paso más hacia el barranco. Lo que tiene que hacer antes del día 6 Pedro Antonio Sánchez es proponer un sustituto aceptable para ocupar la presidencia y negociar luego con los suyos todos los actos de desagravio que hubiera de merecer si sale finalmente indemne de estas dos nubes negras -una, la del juez Velasco, más negra que la otra- que la Justicia ha puesto sobre su cabeza. Pero no puede ni tiene derecho a sacar a su partido del gobierno murciano por un afán de sostenella y no enmendalla. Eso sería un error imperdonable. El triunfo de esa moción de censura habrá que imputárselo a él y nada más que a él.