Dos meses después de que Donald Trump asumiera la presidencia de los Estados Unidos, la mayor parte de sus promesas de estímulo fiscal siguen pendientes de plasmarse en realidad. Así, las expectativas generadas en torno a estas medidas han ido quedando aparcadas y las compañías más dependientes de ellas han tenido que defender sus posiciones en bolsa en base a sus realidades actuales.

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