En el universo de los valores de baja capitalización, los movimientos del mercado resultan con frecuencia inescrutable. Pequeñas compañías, de esas conocidas como chicharros en el argot bursátil, registran de forma recurrente súbitos movimientos al alza o a la baja, que no encuentran mayor justificación que las apuestas especulativas de los inversores.

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