El mundo de los avances tecnológicos está plagado de historias de éxito. Pero también de otras menos satisfactorias.

A inicios del siglo, Intel se codeaba entre las mayores cotizadas del mundo, con una capitalización que llegó a superar los 500.000 millones de dólares, gracias a su dominio del mercado de los PCs. Por entonces, Apple era una compañía hasta veinte veces inferior que el gigante de los microprocesadores.

Pero esta clasificación ha dado un rotundo vuelco al mismo ritmo que la tecnología ha sufrido su propia revolución. Hoy en día Apple domina las clasificaciones mundiales, con una capitalización próxima a los 750.000 millones de dólares, un tamaño casi 4,5 veces superior al de Intel, que ni siquiera se sitúa entre las veinte mayores cotizadas de Wall Street.

Intel se ha enfocado en los últimos años en la inversión en negocios de elevado potencial

Tras verse duramente golpeada por el pinchazo de la burbuja puntocom, Intel ha vivido una larga travesía del desierto a medida que el mercado de los ordenadores personales perdía pujanza en favor de otros dispositivos, como los smartphone que han entronizado a Apple.

Para rehacerse de esta difícil coyuntura, Intel ha desarrollado en los últimos años un denodado esfuerzo por abrir nuevas vías de negocio, la compañía ha estado intensificando su inversión en segmentos de gran potencial como el del coche autónomo, la realidad virtual, la inteligencia artificial, los drones o la salud. Pero su gran oportunidad de enmendar su marcha podría brindársela precisamente Apple.

Así lo defienden los analistas de Nomura, quienes consideran que el fabricante de componentes electrónicos podría asegurarse que la compañía de la manzana se convierta en cliente de sus servicios de fabricación de semiconductores. Un acuerdo de este tipo podría dar a Intel un potencial de revalorización en bolsa de hasta el 41,8%.

La firma nipona resalta que si Apple decide finalmente montar sus teléfonos iPhone en Estados Unidos, como apuntan distintas informaciones, "parece verosímil que consideraría también usar subcomponentes locales".

La compañía está en buena posición para aumentar su negocio en tecnología móvil

Una situación que coincide en un momento en que Intel está elevando su capacidad de ofrecer servicios externos de semiconductores y ha presentado algunos desarrollos innovadores como un proceso de fabricación en 10 nanómetros. Esta tecnología le permite reforzar su liderazgo en densidad de transistores, lo que le sitúa en buena posición para ganar clientes en servicios móviles.

Así pues, Apple podría convertirse en el puente que conduzca a Intel a un nuevo periodo de bonanza como hace tiempo que no vive la compañía. Sin embargo, todas estas asunciones tienen aún una base muy débil que hace complicado basar en ellas la decisión de invertir en el fabricante de chips.

Pero aún obviando esa posible alianza, en Nomura ven razones para confiar en la compañía. Y es que a pesar de que Intel ha presentado unas previsiones de ingresos para 2017 poco alentadoras, en la firma nipona creen que hay bastantes opciones de sorpresas positivas. "Creemos que esta orientación es conservadora, especialmente teniendo en cuenta varias fuentes potenciales de mejora", indican en la compañía, donde resaltan el margen de crecimiento de algunos de los nuevos negocios de la compañía o la posibilidad de que el negocio de PCs, el gran lastre de los últimos tiempos, logre estabilizarse, después de superar las estimaciones en los últimos tres trimestres.

Con eso, Intel podría escalar, según Nomura, hasta los 40 dólares por acción, unos niveles que no alcanza desde 2000. Una buena cota desde la que esperar que tal vez Apple le abra la puerta a un futuro mejor.