En plena lucha cruenta por el control del PSOE y el desbloqueo de la situación política, la orden de Moncloa y Génova a los suyos es taxativa: silencio. En un documento interno de urgencia redactado en la noche de ayer y distribuido hoy a dirigentes, parlamentarios y cuadros populares, pueden leerse apenas dos líneas y media de texto en el que se señala que “el Partido Popular respeta las decisiones internas de los partidos”. Tras esta premisa, añade que “no entra en la crítica política sobre cuestiones de vida interna de otros partidos”.

En definitiva, “guante blanco” ante una deriva que en el entorno de Mariano Rajoy creen que puede beneficiarles por partida doble, bien porque desbloquee la investidura del todavía presidente en funciones, bien porque si se va a una nueva consulta electoral el 18 de diciembre llegará a las urnas un PSOE descompuesto, decapitado.

En el entorno de Rajoy creen que pueden beneficiarse por un desbloqueo o por nuevas elecciones

Como adelantó El Independiente, Moncloa cree que solo una gestora puede facilitar la abstención, total o parcial, del Grupo socialista para permitir la investidura. De hecho, este convencimiento se sustentaba en las conversaciones que, en este sentido, mantienen miembros del Ejecutivo con algunos de los ex dirigentes que han participado en la “conspiración”. Se trata en concreto del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que baraja presentarse al comité federal de este sábado.

Fuentes gubernamentales señalan que están “a la espera de acontecimientos” y que, de momento, no habrá ningún movimiento por su parte. Eso sí, comienza a ironizarse sobre la capacidad de resiliencia de Pedro Sánchez, muy parecida a la de Mariano Rajoy cuando en 2008 amagaron con descabalgarlo del liderazgo del PP.

Centrados en Cataluña

Con esta orden, se explicita que Moncloa no desea enemistarse con los que pueden facilitar que el panorama político se despeje. Prefieren centrarse en lo que pasó ayer en el Parlamento catalán durante la cuestión de confianza que planteó, y superó con el apoyo de las CUP, el presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont.

“El independentismo y los antisistema –dice el documento interno— se han confabulado para secuestrar a Cataluña. Puigdemont, alineado con los extremistas asamblearios de las CUP, amenaza de nuevo con su fraudulento referéndum secesionista. Ahora dice que lo convocará en septiembre de 2017. Él sabe que es ilegal, irracional y absolutamente inviable”.

Frente a esta situación, el Gobierno “no va a fallar a Cataluña" y el PP “continúa centrado en ofrecer soluciones a los problemas reales de los ciudadanos”.