Es la historia de espionaje más rocambolesca que se recuerda en Euskadi. La protagoniza un ex alto cargo en tiempos del último gobierno de Juan José Ibarretxe, su chófer y quienes le sucedieron en el cargo tras el acceso al poder del ejecutivo socialista de Patxi López. El principal acusado, Anton Zubiaurre, padre del que fuera jugador del Athletic Iban Zubiaurre, ha reconocido hoy que espió a altos cargos designados por el PSE para la gestión pública de suelos industriales en la sociedad Sprilur, del que él fue poco antes director general.

Un reconocimiento que sin embargo no ha hecho ante el tribunal quien fuera su estrecho colaborador y chófer, Iñaki Urrutxua. El primero de ellos se enfrenta a una petición de pena por parte de la Fiscalía de año y medio de prisión y de nueve meses en el caso de su colaborador.

Zubiarre ya se enfrentó a la justicia por un caso de malversación de caudales públicos

Zubiaurre fue director general de Sprilur, una sociedad pública dependiente del Gobierno Vasco, durante el último gobierno de Ibarretxe. Tras cesar como máximo responsable de la entidad después de la llegada del nuevo Gobierno, quien fuera también alcalde Mendaro (Guipúzcoa) habría accedido hasta en más de un centenar de ocasiones, entre junio de 2009 y abril de 2010, al correo electrónico privado del director técnico de la entidad, donde se habría reenviado y consultado diferentes corres y documentos con información sensible sobre recalificaciones de terrenos y compraventa de pabellones. Una acción que durante el juicio se tendrá que verificar si podría buscar intentar acceder a información privilegiada con la que poder realizar operaciones de carácter urbanístico de manera beneficiosa.

El acceso a la citada cuenta fue posible gracias a que Zubiaurre disponía de las claves de acceso. Lo que ahora habrá de dilucidar la Justicia, en el juicio que hoy se inicia, es si su chofer también habría espiado y accedido a los citados correos a instancia de Zubiaurre y gracias a que él le hubiera proporcionado las claves. Urrutxua ha negado hoy este extremo, confirmado sólo minutos antes por su anterior jefe, y ha señalado que nunca dispuso de esas claves ni accedió al correo del director técnico de Sprilur.

Zubiaurre ya se enfrentó a la justicia por un caso que finalmente fue archivado y en el que se le acusó de un posible delito de malversación de caudales públicos por la compra de terrenos para un futuro uso industrial en Santurtzi, extremo que finalmente no quedó acreditado.