El considerado número dos de la Gürtel, Pablo Crespo, ha atribuido a Álvaro Pérez, "El Bigotes", una función básicamente creativa en la trama, ya que era un "desastre" en gestión empresarial: "El señor Pérez Alonso sería capaz de arruinar una mina de oro en explotación".

En su tercer día declarando en el macrojuicio de Gürtel, Crespo ha comenzado a responder a las preguntas de las defensas y ha explicado, interrogado por el abogado de "El Bigotes", que este acusado -se enfrenta a 5 años y 2 meses de cárcel- es "un artista, en el sentido de que es una persona creativa".

"La logística no era lo suyo, pero lo suplía con la capacidad creativa", ha dicho Crespo, y ha añadido que introdujo innovaciones en los mítines que la Gürtel organizó para el PP, como por ejemplo situar a gente delante y detrás del orador, algo que se empezó a hacer con José María Aznar como presidente del Gobierno.

Sin embargo, era "tan bueno era en el ámbito creativo como desastre era en el ámbito económico", ya que "no tiene límite para gastar" y eso le causó problemas.

Sin capacidad de decisión

Crespo ha desvinculado de cualquier decisión a "El Bigotes", considerado el "hombre de Valencia" del cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, y conocido por una conversación telefónica con el expresidente Francisco Camps en la que le llamaba "amiguito del alma".

El ex secretario de organización del PP gallego también ha respondido a la abogada del considerado contable de la trama, José Luis Izquierdo, de quien ha dicho que "no tiene ni el bachillerato" ni conocimientos de contabilidad.

Izquierdo, ha asegurado, era "el último escalón" en el Grupo Correa y "no tenía a nadie por debajo de él". Se dedicaba a recoger el correo, ir a los banco y atender "las cosas personales del señor Correa, tareas puramente auxiliares".

"No tenía ni capacidad ni carácter" para tomar decisiones, ha dicho.