El lehendakari Iñigo Urkullu no quiere pulsos. Menos aún órdagos con el Estado. Lejos de la senda rupturista iniciada en Cataluña, Urkullu aseguró ayer que el País Vasco aspira a celebrar una consulta a la sociedad vasca para que se pronuncie respecto al modelo de relación entre Euskadi y España pero que será "legal y pactada". El referente en el que se mira es el aplicado en Escocia, en el que el referéndum sobre su independencia, celebrado en septiembre de 2014 vino precedido de un acuerdo con el Reino Unido. El lehendakari no tiene prisa. Ni ha puesto fecha a la consulta, ni contenido. Confía en que pueda celebrarse antes de que concluya el mandato recién estrenado en Euskadi y que parta de un acuerdo entre al menos tres partidos de “tradiciones” y trayectorias políticas diferenciadas, nacionalista y no nacionalistas.

El deseo lo expresó ayer en la televisión pública vasca, ETB, en su primera entrevista tras jurar el cargo el pasado sábado ante el Árbol de Gernika. Sin embargo, Urkullu recordó que hasta que llegue ese momento será preciso recorrer un largo camino para buscar un punto de entendimiento transversal entre nacionalistas y no nacionalistas para definir el nuevo estatus jurídico-político al que se quiere dotar a Euskadi y que supere el actual Estatuto de Autonomía de 1979.

Esta cuestión se ha convertido en una de sus prioridades para esta legislatura. El gobierno de coalición en el que se apoya, junto al PSE, lo ha manifestado al convertirla en la primera iniciativa conjunta del Ejecutivo. Ambas formaciones solicitaron el pasado martes la reapertura de la ponencia de autogobierno que se creó la pasada legislatura y que no logró alumbrar un acuerdo de mínimos al respecto. Ahora, con la incorporación de Elkarrekin Podemos, se aspira a que la formación de Iglesias tenga que definir su posición al respecto y permita lograr consenso.

Respeto al marco legal

Sólo después de que esta comisión alumbrara una propuesta y que esta fuera sometida al Parlamento Vasco, el documento articulado que dibujaría el nuevo marco de autogobierno se sometería a una consulta, previamente pactada con el Estado y respetando el marco legal. En su acuerdo de Gobierno tanto PNV como PSE se conceden libertad para defender sus posiciones, si bien sí han acordado el listado de cuestiones que se tendrá que debatir, entre ellas el derecho a decidir, el término nación o el modelo de relación bilateral con España.

Al contrario que su primera legislatura, en la que Urkullu incluyó en su programa de gobierno la celebración de una consulta en 2015, y que finalmente ni se contempló, en esta ocasión no existe ningún plazo temporal para su celebración. El compromiso tan sólo establece que una vez constituida la ponencia parlamentaria en el plazo de ochos meses se pueda definir una propuesta.

Urkullu agradeció la 'voluntad' expresada por Sáenz de Santamaría de reducir la conflictividad con el Ejecutivo vasco

Durante su entrevista en ETB el lehendakari también se refirió al cambio de actitud del Gobierno del PP con el PNV y con el Gobierno vasco. Agradeció la “voluntad” expresada por Sáenz de Santamaría de reducir la conflictividad con el Ejecutivo vasco y “reanalizar” algunos de los recursos interpuestos en los últimos meses. Urkullu recordó que durante el año que Rajoy ha estado en funciones la presentación de recursos a normas o leyes vascas ha sido especialmente intensa.

Pese a ello, subrayó que no basta con el cambio de actitud sino que ahora es tiempo de comenzar a ver “hechos”. El lehendakari confió en que entre esos hechos que permitan abrir un proceso de negociación presupuestaria para apoyar las cuentas de Rajoy de 2017 figure el cumplimiento de las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika, que el Gobierno de Euskadi cifra en 34. Entre ellas, Urkullu siempre ha concedido especial importancia a la referida a la política penitenciaria.

No se han reunido

El lehendakari afirmó que por el momento no ha mantenido ninguna reunión con el presidente Rajoy y que su último contacto ha sido una llamada de cortesía para felicitarle por su reciente designación. Confió en que en esta nueva etapa se pueda acabar con la ausencia de diálogo y relación entre ambos mandatarios.

Entre los objetivos más urgentes para los próximos años reiteró la necesidad de reducir el desempleo en Euskadi al 10%, rebajar un 20% las tasas de pobreza y mejorar la economía y el estado de bienestar en el País Vasco para que figure como la tercera potencia en el Índice de Desarrollo Humano que elabora Naciones Unidas.