Al menos dos personas murieron este 5 de enero en la costa oeste de Turquía en un nuevo atentado terrorista, atribuido esta vez a la guerrilla kurda del PKK, mientras las autoridades siguen buscando al autor del ataque yihadista de la pasada Nochevieja en Estambul, recoge la agencia Efe.

El nerviosismo existente en el país tras la masacre del fin de año se incrementó este jueves con otra acción terrorista perpetrada en Esmirna, en la costa occidental de Turquía, en la que murieron un agente y un ujier (portero de un palacio o de un tribunal), en un atentado en el que la policía logró abatir a dos terroristas.

El gobernador de Esmirna, Erol Ayyildiz, detalló a la prensa que la policía dio el alta a un coche que intentaba entrar en el aparcamiento de los juzgados de la ciudad, pero que sus ocupantes salieron a la carrera, a la vez que detonaron el vehículo.

La policía abrió fuego contra los supuestos terroristas y abatió a dos de ellos, mientras que un agente y un ujier de los juzgados también murieron en el tiroteo. En el coche se hallaron fusiles, lanzagranadas y cinco granadas de mano, lo que hace pensar que la policía “ha frustrado una enorme masacre”, en palabras del viceprimer ministro Veysi Kaynak.

Aunque Ayyildiz había aclarado que “los primeros indicios” apuntaban a una autoría del PKK, Kaynak no quiso confirmar este dato. “Apunta al PKK, apunta al Daesh, a quien sea. Estos están colaborando en acciones conjuntas”, aseguró el viceprimer ministro.

El Gobierno no diferencia entre el PKK, que suele cometer acciones con tácticas clásicas de guerrilla contra convoyes militares, comisarías o patrullas policiales en el sureste de Turquía, y el grupúsculo Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), que en el último año ha reivindicado varios atentados con coches bomba que han causado la muerte de civiles en Ankara y Estambul.

Así, las TAK se atribuyeron en diciembre un ataque suicida contra policías ante el estadio del Besiktas en Estambul y otro contra un autobús municipal en el que viajaban soldados de permiso en Kayseri, en el centro de Anatolia.

Veysi Kaynak agregó que, en todo caso, ningún atentado haría a Turquía flaquear en sus esfuerzos para combatir el terrorismo ni en la operación Escudo del Éufrates en Siria contra el Estado Islámico ni tampoco renunciará a su presencia en la base militar de Bashica, en el norte de Irak.

En busca del autor del atentado de Nochevieja

Mientras tanto, las autoridades siguen buscando al autor del atentado de Nochevieja, que mató a 39 personas en el exclusivo club Reina de Estambul y consiguió fugarse después en un taxi.

El portavoz del Gobierno, Numan Kurtulmus, aseguró en una entrevista con el diario Hürriyet que el atacante “vino probablemente a través de Kirguizistán”, tal y como la prensa ya había adelantado.

Por su parte, el viceprimer ministro Veysi Kaynak declaró horas más tarde que “el terrorista es probablemente uigur”, en referencia a la etnia de idioma túrquico y credo musulmán que puebla la región de Xinjiang en el oeste de China.

El pasado miércoles la policía detuvo a 40 personas de tres familias uigures que usaban pasaportes kirguizos y que supuestamente forman parte de las redes del Estado Islámico (Daesh) en Turquía, facilitando el viaje de combatientes extranjeros a Siria.

“Las fuerzas de seguridad conocen la identidad del terrorista y conocen los lugares donde se puede hallar con cierta probabilidad, así como su vínculos”, agregó Kaynak. Admitió que “siempre se investiga” la posibilidad de que hubiese otro atacante más, como habían declarado varios testigos en las primeras horas tras el atentado.

Pero agregó que resulta “evidente que esta acción la realizó una sola persona. La masacre fue causada por balas que fueron disparadas por solo un arma”.

Kurtulmus, sin embargo, había evocado la posibilidad de que el asaltante “tal vez tuviera ayudantes dentro” del club. “Estamos ante organizaciones muy profesionalizadas. Se pueden prever las pautas de un atacante suicida, pero este ataque es muy interesante”, dijo el portavoz del Gobierno.

Los anteriores atentados atribuidos al Estado Islámico en Turquía siempre fueron mediante suicidas vestidos con un chaleco bomba, aunque en el caso del ataque al aeropuerto Atatürk en junio pasado, los autores, supuestamente oriundos de Asia Central, también disparaban de forma indiscriminada con armas automáticas antes de hacerse detonar.

Tras difundir fotografías del sospechoso, la policía ha recibido un gran número de llamadas de ciudadanos que creen poder aportar pistas y ha realizado operaciones en diferentes provincias, pero sin llegar aún a un resultado concluyente.