Dos horas largas de reunión en un clima "constructivo y sincero" según Soraya Sáenz de Santamaría, "intenso" según Oriol Junqueras, han servido para que la vicepresidenta del Gobierno y el número dos de la Generalitat constaten una vez más la imposibilidad del acuerdo en el objetivo casi único del gobierno catalán, la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña. Santamaría ha insistido antes, durante y después del encuentro en la imposibilidad de negociar algo que "no concierne al Gobierno sino al conjunto de los españoles". Y Junqueras ha respondido ante la prensa que "el Gobierno se va plenamente convencido de que habrá referéndum".

Pese a este aparente diálogo de sordos, la vicepresidenta no renuncia en su empeño por buscar vías de reencuentro con la Generalitat y así lo ha argumentado durante su encuentro con Junqueras, en el que ha distinguido dos fases muy diferenciadas. La primera, destinada a constatar el desencuentro sobre el referéndum, y la segunda, en la que se han repasado las otras 45 reivindicaciones planteadas la primavera pasada por Carles Puigdemont en La Moncloa. De ese listado, Santamaría ha destacado que ya se han desactivado dos conflictos competenciales y ha pedido a la Generalitat predisposición al diálogo para hacer otro tanto con la Ley de Unidad de Mercado, que ya ha sido pactada con los ejecutivos autonómicos de País Vasco y Galicia.

La vicepresidenta ha señalado además el compromiso "firme" del Gobierno para avanzar en las reivindicaciones sobre infraestructuras que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ya examinó la semana pasada con los consejeros responsables de ese ámbito, así como la posibilidad de que la Generalitat participe en la elaboración del nuevo Plan Nacional de Vivienda. En este contexto, ha apuntado además en que buena parte de las reivindicaciones planteadas en su día por Puigdemont como el bono social, la financiación autonómica, la ley de educación o la participación autonómica en la UE serán debatidas en la Conferencia de Presidentes, "que en su nuevo formato es un órgano con capacidad decisoria en el que se van a abrir procesos", para insistir en la conveniencia de que Puigdemont participe en la reunión.

Junqueras, menos optimista que Santamaría

En un tono mucho menos optimista que el de Santamaría, Oriol Junqueras ha asegurado que el encuentro no ha permitido concretar ningún fruto de la operación diálogo. El conseller ha destacado, por contra, que ha trasladado a Santamaría la preocupación de la Generalitat por "la incapacidad de gestión del Gobierno del Fondo de Pensiones" así como los riesgos de una subida de los intereses para un ejecutivo que planifica nuevas emisiones de deuda a corto plazo. "Nuestra obligación es plantear estas grandes cuestiones que nos afectarán en la futura relación de Estado a Estado, porque cuando seamos un estado independiente de la UE el exceso de deuda de España nos afectará" ha concluido para dejar claro que el empeño independentista de su gobierno permanece intacto.

Con el encuentro de hoy Santamaría, ha atendido la petición de vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, un encuentro bilateral en la sede de la Consellería de Economía, en la Rambla de Catalunya. Después de que Junqueras filtrara el encuentro -que Vicepresidencia quería que fuera discreto- y anunciara esta mañana que el referéndum sería uno de los ejes de la conversación, la vicepresidenta ha señalado que la celebración de un referéndum de independencia no es negociable. Sáenz de Santamaría se ha acogido a los ejemplos de las sentencias que los tribunales constitucionales de Alemania e Italia han dictado respecto a peticiones similares de Baviera y el Véneto respectivamente, para asegurar que "como los gobiernos de Alemania e Italia, el Gobierno español no puede negociar sobre una cuestión que pertenece al conjunto de los españoles".

La reunión se enmarca en la política de acercamiento propiciada por el Gobierno. De este modo, Sáenz de Santamaría y Junqueras afianzan una relación política cada vez más divergente de la negativa del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a participar en la Conferencia de Presidentes convocada por Mariano Rajoy para la próxima semana, un encuentro al que el líder catalán se ha negado a acudir pese a las presiones en este sentido que recibe tanto desde Madrid como en la capital catalana.

Ambos dirigentes se reunieron por primera vez el pasado julio, cuando Junqueras acudió a la Moncloa por primera vez como vicepresidente y consejero de Economía, con la petición de una nueva financiación autonómica bajo el brazo, cuando Sáenz de Santamaría ocupaba la vicepresidencia en funciones. El pasado noviembre, Junqueras fue de nuevo el encargado de romper el hielo desde el ejecutivo catalán al pedir una reunión bilateral con la vicepresidenta en Barcelona.