Carolina Bescansa se ha convertido en el verso suelto de Podemos. El lanzamiento de Pensando Vistalegre, una plataforma para llegar a consensos de cara a la Asamblea Ciudadana Estatal -Vistalegre II-, fue interpretado en el partido como una forma de marcar un perfil propio que en las últimas horas ha sido oficialmente reconocido por el secretario general, Pablo Iglesias, incluyéndola en la reunión de este miércoles, que iba a ser inicialmente a tres.

La invitación a este encuentro, al que también acudirán Iñigo Errejón  y Miguel Urbán, implica un intento de acercamiento por parte de Iglesias, que cede ante el reto de Bescansa y le otorga voz en un encuentro clave en la formación en el que intentarán llegar a acuerdos.

El paso al frente de Bescansa, una de las fundadoras de Podemos, la situaba en una delicada posición que dejaba en el aire su continuidad en la dirección del partido, al no estar asegurada su inclusión en las listas de Pablo Iglesias. Sin embargo, sus últimos movimientos parecen haber surtido efecto y han logrado lo que en Podemos interpretaban como otro de sus objetivos: ser reconocida como una voz propia dentro de la organización. Prueba de este reconocimiento es la invitación lanzada por el secretario general, que llegó por sorpresa para la política gallega.

El entorno de Iglesias reconocía hace poco que Bescansa estaba "desubicada" y la situaba fuera de los dos principales bloques; un limbo del que Iglesias intenta rescatarla ahora, en un intento por volver a atraer a la dirigente a sus filas. Iglesias busca un acercamiento con Bescansa, que lanzó un órdago en una entrevista a El País en la que no descartaba presentar su propia lista a Vistalegre II. Así las cosas, el líder de Podemos recoge el guante y cede al reto planteado por la dirigente porque le considera un activo valioso en las filas pablistas que no está dispuesto a perder.

Bescansa tiene varios rasgos que marcan su perfil y que se dirigen a un electorado en el que Podemos no acaba de calar: el de una mujer, madre y mayor de 45 años. Estas características se encarnan en la dirigente gallega, que se impone como un símbolo del que el secretario general no puede permitirse prescindir, reconocen dirigentes afines a Iglesias; más aún siendo este perfil tan infrecuente en un partido joven como es Podemos.

Personas cercanas a Bescansa fijan el objetivo oficial por el que se lanzó la plataforma: llegar a un acuerdo base en cuanto a términos organizativos, es decir, fijar unas reglas del juego en el que todos los actores estén cómodos. Estas mismas fuentes reconocen al mismo tiempo la sintonía de Bescansa con la propuesta organizativa de Iglesias, por lo que el acercamiento y la vuelta a su candidatura, Podemos para Todas, se presenta como una opción probable. Más aún ahora, cuando ha obtenido otro de sus objetivos que, aunque no es de carácter oficial, es visto como otro de los objetos clave de su propuesta: el reconocimiento en la organización.

Más allá de los documentos, en Podemos interpretaron los movimientos de Bescansa como un intento de recuperar posiciones internas en el partido, reivindicarse como voz propia y situarse en el centro del tablero del partido para hacerse imprescindible. Una maniobra con la que ha ganado el primer asalto.

Iglesias le dedica un guiño con su invitación y cede ante el reto planteado por la dirigente, a falta de que se concrete esa vuelta al redil u opte por seguir hasta el final y plantar la batalla en la Asamblea Ciudadana del 11 y 12 de febrero. Una disyuntiva que dependerá en buena medida de los términos en que se dé la reunión de este miércoles.