El PDECat, partido heredero de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), no tiene dudas respecto a quiénes deben ponerse al frente del decreto de convocatoria del referéndum ilegal de autodeterminación: Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Raül Romeva. La cuestión no es menor. Si finalmente se celebra la consulta, los tres acabarían siendo juzgados por desobediencia grave y prevaricación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, siguiendo la estela de Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega por el 9-N, a los que se ha pedido condenas de inhabilitación.

A ellos hay que sumar a Francesc Homs, entonces consejero de la Presidencia, aunque, en su caso, comparece ante el Supremo por ser ahora diputado nacional. El objetivo de los ex convergentes es que el riesgo sea compartido, no sólo por Junqueras en calidad de vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, sino también por el responsable de Relaciones Institucionales del ejecutivo catalán y frustrado "ministro de Exteriores".

A  fin de cuentas se trata de un gobierno de coalición, y Junqueras y Romeva formaron parte, junto a Artur Mas, del triunvirato que dio lugar a la lista conjunta Junts Pel Sí. En las filas convergentes aducen que el Gobierno de la Generalitat "será solidario" y que al igual que Mas hizo un encargo a Munté y a Ortega en la organización e impulso de la consulta ilegal del 9 de noviembre de 2014, "ha hecho un encargo específico" a Junqueras y Romeva en la organización del referéndum. El primero, en calidad además de consejero de Economía, es responsable de unos Presupuestos donde se destinan partidas específicas para consultas y, el segundo, de "internacionalizar" un conflicto del que huyen en Europa para circunscribirlo como problema interno de España.

Los convergentes no quieren ser los únicos en arriesgarse a nuevas imputaciones, por lo que Junqueras y Romeva "deben ser solidarios"

Pero la idea de implicarlos en el proceso no responde a una cuestión de "solidaridad" entre socios de gobierno, sino fundamentalmente a que una posible inhabilitación de los tribunales alcance también al líder de ERC, cuya formación tiene visos de convertirse en el nuevo partido hegemónico en Cataluña en sustitución de la antigua Convergencia. Distintos sondeos sobre intención de voto en Cataluña hablan de una ventaja de entre siete y diez puntos de ERC por encima de PDECat, incluso ante la eventualidad de que el candidato fuera Artur Mas, pendiente, precisamente, de una posible inhabilitación.

De hecho, Junqueras ha dejado traslucir en sus conversaciones con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que le interesan más unas elecciones autonómicas que otra consulta ilegal, no vinculante, sobre la independencia de Cataluña, por mucho que los mensajes públicos sean otros. Es más, en el horizonte de ERC estaría orillar temporalmente la cuestión de la consulta para crear un nuevo tripartito de izquierdas junto a En Comú-Podem y PSC. De este modo terminaría por sacar a los ex convergentes del terreno de juego y, al tiempo, dejar de depender de la CUP.

Esperan que ERC no "se desmarque ni se esconda" a pesar del riesgo de inhabilitación

El partido de Mas no quiere, en cambio, correr solo con el desgaste político y judicial del decreto de convocatoria. Mas, Rigau y Ortega se enfrentan a una petición de penas de inhabilitación de 10 años para el primero y de 9 para cada una de las dos ex consejeras. El actual presidente de la Generalitat firmará el decreto de convocatoria "avalado por todo el Gobierno", explican las fuentes convergentes consultadas, pero quieren que tanto Junqueras como Romeva, se pongan al frente del mismo junto a Puigdemont, el único que ya ha manifestado su intención de no ser candidato. ERC, aseveran las fuentes consultadas, "no se va a desmarcar ni a esconder", aunque no quiere correr el riesgo de acabar inhabilitado para ejercer cargo público, hipótesis a la que también se enfrenta el actual diputado convergente Francesc Homs, para el que también piden 9 años.

Las aguas bajan turbulentas entre los socios independentistas pero no sólo. Porque incluso dentro del PDECat hay tensiones derivadas de los casos de corrupción con los que una parte de la dirección quiere poner distancia. Como si no hubieran heredado dirigentes, cargos públicos, parlamentarios, alcaldes y hasta presidente del partido (Mas) y de la Generalitat (Puigdemont), la coordinadora del PDECat, Marta Pascal, afirmó ayer, día de arranque del juicio por el "caso Palau", que "todo lo que haga referencia al pasado de CDC, en relación a la financiación, me toca valorarlo cuando haya sentencias firmes del juicio que se está llevando a cabo. Y la rumorología la dejo en rumorología", todo ello sin dejar de decir que le dan "asco" los comportamientos corruptos.

Mas y Homs, rémoras del pasado

Pascal quiere romper con el pasado. Y esa ruptura pasa incluso, "por la salida del escenario político de Mas y de Homs" como rémoras de un pasado que lastra a los antiguos nacionalistas, según admiten fuentes de este partido. Lejos de producirse esa eventualidad, Mas aspira a volver a ser candidato a la presidencia de la Generalitat en unas nuevas elecciones autonómicas que cada vez parecen más cercanas, una vez se confirme la imposibilidad de una consulta pactada vinculante.