El Gobierno vasco mantendrá a la directora de ETB, Maite Iturbe, en el cargo tras la polémica suscitada por el programa Euskalduna naiz, eta zu? en el que se calificaba a los españoles de “fachas”, “paletos” y “chonis”. El Ejecutivo de Iñigo Urkullu considera que tras las disculpas dadas por el Ente público y su compromiso para adoptar medidas para que situaciones de este tipo no se repitan "es suficiente". Además, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka ha asegurado que, pese a rechazar el contenido del programa, no perciben que se den las circunstancias para imputar “un delito de odio” como plantean formaciones como el PP y UPN: “Yo veo difícil encardinarlo en un delito de odio, pero serán los jueces, en su caso, quienes lo digan”.

Tras el Consejo de Gobierno celebrado esta mañana, Erkoreka ha señalado que “la clave” en el modo en el que se ha abordado este caso está en el compromiso adquirido por ETB para implantar medidas “y la revisión de los procedimientos” de modo que impidan que se emitan este tipo de contenidos. Por ello, creen “suficiente” el compromiso de reforzar “el control” de los contenidos como para que no se cuestiona por ahora la continuidad de Maite Iturbe al frente de la radiotelevisión pública vasca. Erkoreka recuerda además que la radiotelevisión pública también ha procedido a retirar el espacio.

Erkoreka cree que las disculpas dadas por la dirección de EiTB y el compromiso de reforzar los controles "son suficientes"

Junto a ello, afirma que el Parlamento Vasco acaba de constituir una ponencia para revisar el modelo de televisión pública y que sólo tras las conclusiones a las que pudiera llegar se podría, en su caso, adoptar algún cambio en la actual estructura. El actual modelo de televisión, que este año contará con un presupuesto de 134 millones, acumula años de cuestionamiento por parte de todos los partidos políticos y en mucha menor medida por el PNV. Los malos resultados de audiencia, los más bajos de su historia el pasado año, así como el tratamiento informativo de las diversas sensibilidades políticas, han cuestionado la continuidad de Iturbe, que por el momento fue ratificada por la coalición PNV-PSE. Esta última polémica debilita aún más la posición de la directora del Ente.

Petición de dimisión en el Congreso

Ante la decisión de remitir el caso a la Fiscalía, que ya ha adoptado UPN y que anuncia el PP, el Gobierno vasco muestra su respeto pero cree que no se dan las circunstancias para acusar de un delito de odio a los responsables del programa o del Ente público. Para Erkoreka, consejero de Justicia y Autogobierno es cierto que en el contenido de humor que planteaba el espacio televisivo “no se acertó” y se llegó a ofender a muchos ciudadanos, “pero eso es una cosa y otra es que se den las circunstancias para un delito de odio, elementos que creo que aquí no se dan”. Ha subrayado la posición crítica que desde el primer momento ha mostrado el Ejecutivo vasco en este caso y que ha compartido “de modo unánime” con el PSE, su socio de Gobierno. En este punto ha reiterado las palabras del lehendakari Iñigo Urkullu ayer en las que “hacía suya la ofensa” y apelaba a la necesidad de promover una televisión pública “constructiva” y que evite la ofensa. Por ello ha asegurado que no le suscita ninguna incomodidad que la formación socialista traslade al Consejo de Administración de EiTB una queja formal por Euskalduna naiz, eta zu?

Respecto a la posibilidad de que Ciudadanos y PP secunden una petición de dimisión contra la directora de ETB en el Congreso de los Diputados, Erkoreka se ha mostrado respetuoso pero ha cuestionado que la Cámara Baja sea el foro adecuado para abordar una cuestión de índole autonómico como esta.

Precisamente hoy el Gobierno de Urkullu realizaba balance de los primeros cien días de legislatura y en el que la polémica por el programa de ETB se ha convertido en la cuestión que mayor revuelo ha suscitado. A la presentación de denuncias ante la Fiscalía, anunciadas por UPN y PP, se suma la remisión del caso a la Comisión Europea por un posible delito de xenofobia que hará el colectivo de víctimas del terrorismo, Covite. De forma paralela las descalificaciones e insultos proferidos en el polémico programa han afectado a algunos de sus protagonistas, como la actriz Miren Gaztañaga, que participa en la película El guardián invisible y cuyas palabras la ha inmerso en una campaña de boicot contra la cinta promovida a través de las redes sociales. Los promotores de la película han tenido que desvincularse de Gaztañaga, de la que recuerdan que tan sólo tiene un papel “mínimo”. La propia actriz emitió ayer un comunicado disculpándose de sus manifestaciones y asegurando que lo que dijo, en el contexto de un programa de humor, no refleja realmente su pensamiento.