Cristina vive en un mundo dominado aún por el género masculino. Cristina es ingeniera industrial. Según Eurostat, tres de cada cuatro trabajadores de este sector son hombres. Cristina trabaja en una empresa donde también se percibe esta diferencia. Reconoce que el número de mujeres se ha incrementado en los últimos años; nada ha cambiado en los altos cargos, que los ocupan ellos. "Ahora que estoy abajo sé que puedo promocionar, luego ya no lo sé". Según el estudio realizado por Informa D&B sobre Presencia de las mujeres en la empresa española, el 66% de las compañías no cuenta con ninguna mujer en sus puestos directivos. El 66%.

La brecha salarial es uno de los principales indicadores de la desigualdad entre hombres y mujeres. Las cifras del INE revelan una diferencia de 5.982,42 euros anuales a favor de ellos: 25.727,24 euros de los hombres frente a los 19.744,82 euros de las mujeres. Una diferencia del 23,2%.

No hay motivos, parece, para que se celebre hoy la igualdad. De hecho, las mujeres son más que conscientes de que no existe. El 73% piensa que no existen las mismas oportunidades entre hombres y mujeres, según el estudio Feminismo e Igualdad de Género en el Mundo, realizado en 24 países por la empresa Ipsos. Los resultados del sondeo sitúan a España como el país donde las mujeres se muestran más pesimistas en este sentido, seguido por Japón (67%), Corea del Sur (64%), Turquía (55%) e Italia (55%). Según el citado estudio, casi 8 de cada 10 encuestados (el 77%, en concrreto) cree que en España la desigualdad existe en todos los ámbitos: social, político y económico. Una opinión compartida a partes iguales por hombres y mujeres.

El 73% piensa que no existen las mismas oportunidades; España es el país donde las mujeres se muestran más pesimistas en este sentido

El trabajo que realiza Cristina es el mismo que el de sus compañeros y su salario también. El trato que recibe hoy tampoco es diferente, pero sí cuando entró. “Cuando empecé de becaria y me presentaron, mis compañeros daban por hecho que tenía que hacer prácticas de administrativa. Mi jefa tuvo que decir: ‘No es administrativa, es ingeniera’”. A su juicio, los empleos relacionados con las carreras técnicas se siguen relacionando con los hombres, mientras que las mujeres "parece que tienen que ser de letras", denuncia. Como ella, seis de cada 10 mujeres creen que los estereotipos afectan a sus carreras profesionales, según el informe The Unstereotyped Mindset.

Pero no hace falta ser ingeniera para comprobar que el machismo está muy presente en la sociedad. Lo sabe Melissa, camarera de un céntrico bar de Madrid. Trabaja con otra compañera y no duda un segundo cuando le preguntan si ha sufrido algún comportamiento machista. "Pff, sí, de los clientes", es su respuesta. Cada día pone un sinfín de cafés y, en ocasiones, tanto ella como su compañera tienen que aguantar los malos modos de los clientes que acuden al establecimiento. “A veces recibimos insultos: ‘es que eres tonta, o es que eres gilipollas’”. Este trato, aunque indecente, no tendría por qué ser machista si no fuera por un aspecto: “Con mi jefe eso no lo hacen. Siempre tiene que salir él a dar la cara por nosotras”, reconoce.

Los jóvenes, más machistas

Si bien las dos mujeres de esta historia perciben cierto machismo en el ámbito laboral, aseguran no ser conscientes de él en el día a día más personal. A diferencia de ellas, son los jóvenes y adolescentes los que tienden a tener un comportamiento más machista. De acuerdo con la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer 2015, el porcentaje de mujeres jóvenes de 16 a 19 años que han tenido pareja en alguna ocasión y que ha sufrido violencia de control en los últimos 12 meses asciende al 25%. "No es sólo la típica etiqueta de si andas con muchos chicos eres una 'puta' y si es un chico es algo normal", apunta una adolescente de 17 años al ser cuestionada por ese tipo de comportamientos.

En sus relaciones, mirar su teléfono móvil, cuestionar sus amistades y vigilar su comportamiento con otros chicos entra dentro de la normalidad porque, según los jóvenes, "lo hace porque me quiere". Según una encuesta realizada por el CIS y la Secretaría de Estado de Igualdad, el 33% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera "inevitable" o "aceptable" este tipo de actitudes. Se trata de violencia de control e incluye, entre otros aspectos, impedir a la pareja que vea a su familia o amistades, no permitirle que trabaje o estudie, o vigilar sus horarios. Un comportamiento que sólo es el anticipo a un problema que puede aumentar con la edad.

Los jóvenes no nacen machistas. Para ellos, “los celos son una expresión del amor” porque lo han escuchado a los más mayores. Tres de cada cuatro adolescentes, independientemente de su sexo, lo han oído en casa en alguna ocasión. Y no sólo en casa, también en televisión. El trato que reciben las "tronistas" y las "pretendientas" de Mujeres y Hombres y Viceversa no deja de ser un (mal) ejemplo para sus millones de seguidores. Los jóvenes imitan lo que ven. Nadie nace machista.