La maquinaria independentista vuelve a activarse en Escocia. El Parlamento escocés ha aprobado este martes, por 69 votos a favor y 59 en contra, una moción que otorga al Gobierno autónomo el mandato de negociar con Londres la convocatoria de un nuevo referéndum sobre su independencia del Reino Unido.

De este modo, la cámara ha dado su respaldo a la propuesta de la primera ministra, la nacionalista Nicola Sturgeon, para promover un plebiscito entre otoño de 2018 y la primavera de 2019.

La decisión llega justo un día antes de que Reino Unido pida oficialmente su salida de la Unión Europea, tras el voto favorable al Brexit en la consulta celebrada el pasado junio.

En aquella ocasión, el pueblo escocés votó de forma mayoritaria a favor de la permanencia en el mercado común europeo. El resultado final ha avivado el persistente movimiento nacionalista escocés, que ya en 2014 logró la celebración de un referéndum en el que salió derrotada la opción independentista.

Entonces, uno de los argumentos principales de quienes se oponían a la separación de Escocia del Reino Unido era que ese movimiento implicaría que el país quedaría excluido de la Unión Europa. Pero la posterior decisión del pueblo británico de cortar sus lazos con Europa ha generado controversia entre el pueblo escocés.

No obstante, y pese a la insistencia de Sturgeon, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), de celebrar una nueva consulta, los escoceses no parecen haber cambiado de opinión en los dos últimos años, ni siquiera a las puertas de que comience el proceso para el Brexit. El último sondeo de YouGov, publicado el pasado 14 de marzo, situaba en un 57% a los partidarios de la permanencia, frente al 43% a favor de la independencia.

Tras la decisión adoptada por el Parlamento este martes, Sturgeon debe solicitar oficialmente a la primera ministra británcia, Theresa May, el inicio del proceso para la convocatoria de un nuevo referéndum. Sin embargo, May y otros miembros del gobierno ya han recalcado que no están dispuestos a discutir la celebración de un nuevo referéndum en Escocia, al menos durante las negociaciones del Brexit.