El movimiento juvenil anticapitalista Arran, rama juvenil de la CUP, ha mostrado este martes su sorpresa porque partidos como ERC y el PDeCAT hayan condenado su escrache del lunes frente a la sede del PP en Barcelona para exigir el referéndum de independencia, ya que consideran que la protesta fue "simbólica y sin violencia".

Los cachorros de la CUP irrumpieron en el vestíbulo de la sede central del PP catalán, donde el arco de detección que forma parte de su dispositivo de seguridad impidió que accedieran a las oficinas del partido, siguiendo las fórmulas habituales del escrache. Dejaron huella de su paso al grito de "fuera las fuerzas de ocupación" con pintadas, pegatinas y papeles por el suelo, además de una prolija documentación audiovisual que fue rápidamente compartida en las redes sociales. Todo ello sin mediar convocatoria alguna de manifestación ante las autoridades pero sí aviso a los medios de comunicación "amigos".

Nos sorprende especialmente que los partidos que supuestamente apuestan por el referéndum se alineen con C's y PP condenando una acción simbólica"

El procedimiento forma parte en su opinión de la "movilización permanente en las calles" que tanto Carles Puigdemont como Artur Mas han reclamado en estos dos últimos meses a raíz de las inhabilitaciones derivadas del 9N y la inminencia de la convocatoria del referéndum independentista. Por eso, la líder de Arran afirmaba hoy en un comunicado que "nos sorprende especialmente que los partidos que supuestamente apuestan por el referéndum se alineen con partidos como C's o el propio PP, condenando una acción absolutamente simbólica".

Condena de Puigdemont

De hecho, la coordinadora del PDCat, Marta Pascal, se apresuró ayer a condenar el ataque, en una nueva muestra de la incomodidad que estos socios de gobierno generan en la antigua convergencia. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha sumado a esa condena desde Estados Unidos, donde se encuentra de viaje oficial, rechazando "cualquier acción que intente limitar la actuación de cualquier grupo político".

Arran ha argumentado en ese comunicado que solo querían señalar la idiosincrasia del PP, que tachan de radicalmente antidemocrática. Afirman que la acción "no comportó ningún tipo de violencia" y que se limitaron a poner carteles en la sede, llenar de urnas la acera para evidenciar que hay que dar pasos firmes hacia el referéndum, que no están dispuestos a renunciar y por el que afirman que lucharán como sea.

La gran coartada a la que se acogen los dirigentes de Arran es que el PP es un "partido heredero del franquismo y coartador de libertades", un discurso que en más de una ocasión ha sido jaleado desde instancias oficiales, lo que explica la sorpresa de los cachorros anticapitalistas cuando responden con un escrache a las advertencias populares contra la celebración del referéndum.

El PP pide apoyo en el Parlament

Mientras Arran expresaba su sorpresa la diputada del PP en el Parlament Esperanza García ha llamado al Parlament a condenar la "violencia" contra su sede. El PP ha presentado un escrito en la Junta de Portavoces contra este escrache y ha dado una copia a todos los grupos, incluida la CUP por "cortesía parlamentaria". García ha dado por descontado que los anticapitalistas no la firmarán, dado que una de sus portavoces, Anna Gabriel, participó en el acto. JxS y las confluencias de CSQP están valorando su posición, que será determinante para que la Junta apruebe el escrito, que requiere una mayoría en manos de los independentistas.

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"Es difícil que los que estaban presentes estén de acuerdo en rechazar el ejercicio de la violencia como forma de hacer política, pero nos preocuparía mucho que el resto de fuerzas no lo hicieran", ha recalcado García. En su opinión, el ataque a la sede demuestra que "algunos no respetan las libertades, son intolerantes, no respetan las reglas mínimas de la convivencia democrática y utilizan la violencia", por lo que cree que deben firmar la declaración todos los que creen que en democracia no vale todo, tampoco la violencia.