El pasado sábado, ETA escenificaba su desarme en Bayona. Esa misma noche, en municipios de Euskadi y Navarra aparecieron numerosas pintadas en las que se agradecía a ETA su más de medio siglo de violencia terrorista y se subrayaba entre vivas a la banda su vínculo con la sociedad. Transcurrida casi una semana en algunos casos las pintadas continúan sin ser retiradas ante lo que la delegación del Gobierno en el País Vasco ha remitido requerimientos a seis consistorios vascos para que procedan a limpiar de pintadas de apoyo a ETA así como a retirar pancartas con alusiones a la banda.

La delegación que dirige Javier De Andrés ha instado formalmente a los ayuntamientos guipuzcoanos de San Sebastián, Hernani y Pasajes, y a los alaveses de Vitoria, Llodio y Salvatierra a que procedan a retirar las pintadas de apoyo a ETA. Se otorga un plazo de 20 días para cumplimentar el requerimiento.

El respaldo a la “lucha armada” sólo pervivía en algunos sectores más ortodoxos de la izquierda abertzale

La delegación ha elaborado un informe con las pintadas de las que tiene constancia. Los lemas se han repetido en diversos lugares, por lo que podría tratarse de una campaña orquestada de apoyo a ETA. Algunas pintadas se limitaban a un “Gora ETA”, en otros casos se afirmaba “Herriarekin batera beti. Eskerrik asko. Gora ETA” (Siempre con el pueblo. Gracias. Viva ETA) o lemas en las que se aplaudía la “lucha de ayer, hoy y mañana”.

Dentro de tres semanas la delegación del Gobierno volverá a verificar si se ha procedido a eliminar todas estas referencias y por tanto si los consistorios han cumplido con la ley 29/2011 de protección de víctimas del terrorismo y en base a su competencia de limpieza viaria.

La aparición de pintadas de apoyo a ETA ha vuelto a aflorar después de que este tipo de manifestaciones se hubieran reducido de modo muy notable en el País Vasco hasta casi desaparecer. El respaldo a la “lucha armada” de la banda tan sólo pervivía en algunos sectores más ortodoxos de la izquierda abertzale que continúan defendiendo la necesidad de promover una lucha “revolucionaria” como la que aseguran libró ETA.

Por ahora el sector más duro, vinculado a un sector minoritario de los presos de ETA, ha recibido el apoyo del Movimiento pro Amnistía y Contra la Represión (ATA) escindido de la izquierda abertzale tradicional que representa Sortu y EH Bildu con la que se han mostrado muy críticos por su progresivo proceso de institucionalización.