Moncloa y PP trabajan en la foto del acuerdo presupuestario entre Mariano Rajoy y Albert Rivera. Al menos, "nuestra disposición es que la haya y por parte de ellos también", aseguran fuentes populares que la creen posible después de estas vacaciones de Semana Santa. El jefe del Ejecutivo se ha fotografiado en el Congreso de los Diputados con los presidentes de Coalición Canaria y de Unión del Pueblo Navarro (formación con la que concurre en coalición en la Comunidad foral), Fernando Clavijo y Javier Esparza, respectivamente. Ambos partidos han anunciado su apoyo al anteproyecto de Presupuestos presentados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados.

Pero la formación que más votos le da, nada más ni nada menos que 32, es Ciudadanos, y se estudia el modo de escenificar ese apoyo sin el cual Montoro no podría siquiera acariciar la idea de que las Cuentas del Estado para este año salgan adelante.

La idea es enmarcar la foto en la marcha del cumplimiento de los 150 puntos del pacto de investidura

La idea de una nueva imagen entre el presidente del Gobierno y el líder de Ciudadanos pasa por "enmarcarla en el estado del acuerdo de investidura de 150 puntos", que rubricaron ambos partidos el 28 de agosto del año pasado. De hecho, Rajoy y Rivera no posan juntos desde entonces, aunque no aparecieron firmando el acuerdo, tarea que delegaron en sus respectivos portavoces parlamentarios, Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta.

Esta vez se trata de "hacer una evaluación sobre el cumplimiento del acuerdo, de explicar a Ciudadanos qué estamos haciendo", indican distintos medios consultados, al tiempo que destacan cómo "ahora todo el mundo quiere hacerse una fotografía con Rajoy". "Hace tiempo las cosas eran muy distintas" apostillan en alusión al cuestionamiento de la figura del presidente del Ejecutivo en el periodo anterior a las elecciones del 20-D y en el interregno hasta que se volvieron a celebrar el 26-J, cuando salió reforzado al ser el único en mejorar de manera ostensible sus resultados electorales.

Moncloa ve con desagrado cómo Ciudadanos intenta siempre "meter la pullita contra nosotros"

No es este, sin embargo, el mejor momento para las relaciones entre ambas formaciones políticas. La crisis de Murcia, aún no resuelta, lleva camino de envenenar aúna más el nivel de confianza mutua, ya muy tocada por otros accidentes del camino como la reforma de la estiba.  Aquella votación supuso un punto de inflexión que encendió las alarmas de Moncloa y les llevó a sentenciar que "esta legislatura va a durar muy poquito".

Otro tanto pasó en la última sesión de control antes de las vacaciones de Semana Santa. Albert Rivera retiró una pregunta sobre aforamientos que Moncloa interpretó como "un signo de buena voluntad" puesto que, tal y como explican fuentes gubernamentales, "es un tema que nos enfrenta", tal y como se está viendo en Murcia. La eliminación de los aforamientos requiere de una reforma constitucional que podría ser express si ningún partido con más de un 10% de los votos de la Cámara pidiera que se hiciera una consulta al respecto. Pero Podemos tiene el 20% de los escaños del Congreso, lo que le permite forzar un referéndum.

No correr riesgos

El PP  no cree que este sea el momento de correr riesgos para una reforma que tampoco le entusiasma. Defiende no una eliminación, sino una limitación de los aforamientos siempre y cuando ésta se acompañe de cambios profundos de la figura de la acusación popular, de modo que los adversarios no trasladen al terreno de lo judicial la batalla política.

La negociación presupuestaria con el PNV está mucho más avanzada de lo que se reconoce

Finalmente, Rivera cambió la pregunta por otra sobre Venezuela, cuestión sobre, la que en principio, no hay discrepancias entre ambas formaciones políticas, "pero aún así nos lanzó la puyita, aún así tuvo que marcar distancias", recuerdan en Moncloa.

Con el PNV "la negociación avanza", afirman cautas fuentes gubernamentales aunque lo cierto es que está mucho más cerrada que lo que dejan entrever. Además, que el PP se haya abstenido en el País Vasco al objeto de facilitar la aprobación de las cuentas de Iñigo Urkullu -con el PSE se queda a un escaño de la mayoría absoluta- es un gesto de buena voluntad a la espera de reciprocidad. Otra cosa es que los nacionalistas vascos quieran dejarse ver de la mano de Rajoy para inmortalizar el pacto. No parece previsible que ni el presidente peneuvista, Andoni Ortuzar, ni el portavoz del Grupo vasco en el congreso, Aitor Esteban, posen junto al jefe del Ejecutivo.

El disputado voto de Quevedo

La otra imagen posible sería la del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo. Es el voto indispensable para romper el empate a 175 escaños. En su caso, se sentará a negociar con el ministro de Hacienda una vez pase el debate de enmiendas a la totalidad donde se alineará junto a los que rechazan las cuentas del Estado para este año. Quevedo insiste en la agenda canaria y en el capítulo de inversiones en el archipiélago.