El informe de la UDEF sobre Rodrigo Rato, la citación como testigo de Mariano Rajoy en el juicio del caso Gürtel y la detención del ex presidente de la Comunidad de Madrid en la operación Lezo. Los casos de corrupción golpean con dureza al PP, pero el principal partido de la oposición, el PSOE, no entra en el cuerpo a cuerpo con él.

A pesar de que la operación contra la corrupción en el Canal Isabel II de Madrid estaba siendo retransmitida en directo desde primera hora del miércoles, ningún primer espada socialista salió a la palestra. Sólo la diputada autonómica Mercedes Gallizo ofreció una comparecencia en Ferraz con el objetivo primordial de reivindicar la autoría de la investigación interna en la Asamblea, que luego trasladó a la Fiscalía la presidenta, Cristina Cifuentes. Y poco más.

Ya en la tarde noche, el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, apareció en escena con un mensaje muy claro: "Estamos dispuestos a sumar fuerzas con todos aquellos que quieran de verdad regenerar y transformar Madrid". Ni un reproche, ni una acusación, ni una alusión al dinero presuntamente robado.

A preguntas de los periodistas sobre la moción de censura contra la presidenta regional, Cristina Cifuentes -propuesta por Podemos tras la detención de su antecesor- Gabilondo tiró de diplomacia: "Estamos en la misma tesitura, dispuestos, absolutamente dispuestos, a sumar fuerzas con todos aquellos que quieran de verdad regenerar y transformar Madrid", añadió.

"Si hay algunos grupos que creen que lo que hay que hacer es ponerse a hablar sobre la posibilidad de generar alguna alternativa en Madrid a esta situación, nosotros por supuesto que hablaremos", agregó Gabilondo, que rehusó pronunciarse sobre la fórmula que habría que adoptar, aunque sí destacó que el PSOE tiene "personas", "proyecto" e "ilusión".

El PSOE quiere reforzar su imagen como "el cambio"

El ex ministro reforzaba así la idea de que el PSOE es la alternativa de cambio en la Comunidad frente a nuevas fuerzas como Ciudadanos, que sustentan el Gobierno del PP; o Podemos, que reduce su labor en la oposición a las rutas del 'tramabus' y a medidas grandilocuentes como las mociones de censura.

Fuentes de la dirección del PSOE explican que el partido sigue así la estrategia iniciada en la crisis de gobernabilidad de Murcia, donde las presiones socialistas obligaron a cambiar al presidente, causando un gran desgaste no sólo al PP, sino fundamentalmente a Ciudadanos, que se presentaba como "el cambio" y que ha acabado sustentando a gobiernos marcados por la corrupción.

En la dirección socialista entienden que el cuerpo a cuerpo por la corrupción ya no es rentable ni tiene credibilidad, ya que afecta a casi todos los partidos y causa hastío en la sociedad. Por ese motivo, el PSOE trabaja por construir una alternativa a largo plazo que le arrebate a Podemos y a Ciudadanos la imagen del "cambio" frente al PP. Sobre todo, por el convencimiento existente de que el partido de Albert Rivera no dejará caer al Gobierno de Cifuentes.

En este sentido, la aparición de Gabilondo sólo busca reforzar su imagen de 'presidenciable', sin caer en el barro de la confrontación partidista por la corrupción.

Paralelamente, y dentro del proceso abierto de primarias, los candidatos sí lanzan sus propios mensajes sobre la situación del PP de Madrid, al margen de la línea marcada por la dirección socialista.

Tibieza frente Rajoy

Con la misma estrategia se trabaja en el Congreso de los Diputados, donde los primeros espadas también han evitado una situación insólita en la democracia española: la citación como testigo de un presidente del Gobierno en el juicio de un caso de corrupción.

El PSOE ha tenido una reacción más que tibia a la citación judicial del presidente. Ni squiera ha solicitado la comparecencia de Rajoy en el Senado o en el Congreso para que ofrezca explicaciones. La respuesta socialista se ha limitado al anuncio de que el PSOE intentará  acelerar la puesta en marcha de la comisión de investigación sobre la supuesta financiación ilegal del PP para que el presidente del Gobierno comparezca cuanto antes en su seno. El plazo más optimista es antes de las vacaciones de verano.

La suavidad en la reacción socialista ha sido especialmente llamativa en el caso de la presidenta andaluza y aspirante a la Secretaría General del PSOE, Susana Díaz, que se limitó a hablar de "relaciones turbias" del PP con el dinero. En otras ocasiones, Díaz no ha escatimado reprochas al presidente del Gobierno, al que ha acusado de perezoso, indolente y hasta cruel con sus políticas sociales.

El contrapunto lo puso el candidato Pedro Sánchez, que puso el dedo en la llaga a la hora de explicar ese guante de seda: los actuales dirigentes del PSOE no pueden atacar a Rajoy por la corrupción porque fueron ellos quienes lo convirtieron en presidente del Gobierno.

El ex secretario general entendió que la abstención en la investidura de Rajoy supondría un cheque en blanco para las políticas del PP, ya que inhabilitaría al PSOE a la hora de ejercer una oposición contundente. Por ese motivo se instaló en el 'no es no' que sigue defendiendo con vehemencia por los casos de corrupción que afectan al partido del Gobierno.