Para el equipo presidencial de Moncloa, recién aterrizado del viaje por Brasil y Uruguay, el anuncio de Pablo Iglesias no es más que otro “fuego de artificio” como el del Tramabús, que tiene mucho de “propaganda” y también de estrategia “frente al PSOE”. “Si tiene apoyos, que la presente” afirman fuentes gubernamentales que se felicitan de que tanto Ciudadanos como el propio PSOE hayan dado un sonoro portazo a la iniciativa de un líder político que, con mucha suerte, apenas superaría la barrera de los 90 votos a favor en un hemiciclo de 350 escaños.

Si el órdago del líder de Podemos puede provocar algún movimiento estratégico o no del Gobierno, no parece, porque los mismos medios consultados insisten en que Rajoy “está gobernando para dar estabilidad y que siga habiendo buenos datos económicos y que las empresas sigan funcionando”. De hecho, agregan, “va a hacer todo lo posible por alargar la legislatura”.

En caso de que Iglesias materialice su petición de moción, ésta, una vez registrada, impediría una convocatoria electoral. Además, aunque la perdiera, podría usarla para abrir un debate en torno a la corrupción que afecta al PP, aunque la Constitución exige que sea constructiva, lo que obliga a presentar a un candidato a presidente un programa de gobierno.