¿A quién quiere hacer Podemos presidente del Gobierno? Ésa es la gran pregunta sobre la moción de censura anunciada por Pablo Iglesias que el líder del partido se niega a responder. Este instrumento parlamentario tiene como requisito imprescindible la presentación de un candidato a la Presidencia del Gobierno alternativo, que debe defender un programa propio ante la Cámara para requerir la confianza de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados.

A pesar de que ser la cuestión fundamental de la moción de censura, los dirigentes de Podemos insisten en que "ahora no toca" hablar del candidato, ya que lo urgente es ponerse de acuerdo con la sociedad civil para desalojar al PP del Gobierno. Ese empeño en obviar un asunto clave puede deberse a dos motivos: quieren ocultar la naturaleza de su intención -el nombre del elegido- o ni siquiera tienen uno.

A Podemos le costaría convencer a un perfil de prestigio y con autoridad moral

En cualquier caso, de seguir adelante la iniciativa, tal y como anuncia Podemos, hará falta la elección de un candidato. Y encontrar un perfil de reconocido prestigio y autoridad moral para ese puesto -una especie de Manuela Carmena- que esté dispuesto a dar la cara ante la Cámara sabiendo que su candidatura no saldrá adelante se antoja muy complicado dentro de la organización.

De no encontrarlo, en Podemos descartan que Pablo Iglesias asuma ese papel y se haga "un Pedro Sánchez" a sí mismo, con un intento de investidura fallido en el Congreso. Podría asumir ese 'sacrificio' alguna persona de su confianza como Alberto Garzón, coordinador general de IU y uno de los delfines del líder de Podemos.

La ausencia de candidato para la moción de censura, de plazos para su presentación y de apoyos para que prospere pone en cuestión su utilidad estratégica. En Podemos existe el consenso de que se presentó para minar al PSOE, roto en dos por su proceso de primarias. La unidad orgánica en la respuesta de los socialistas ha quitado el foco sobre el PSOE y lo ha situado sobre otras cuestiones.

La moción ha tenido más efectos indeseados que objetivos cumplidos

En primer lugar, Podemos ha quedado retratado como un grupo político incapaz de arrastrar mayorías en el Congreso. Todo el arco parlamentario salvo los independentistas ha rechazado la moción de censura.

En segundo, este debate político ha diluido el de cómo atajar la corrupción en plena semana horribilis para el PP, que ha visto con impotencia cómo se sucedían las detenciones, imputaciones y acusaciones sobre ex dirigentes y cargos públicos en activo, como la delegada del Gobierno en Madrid o el secretario de Estado de Seguridad.

En vez de poner en foco sobre la situación de estos dirigentes o de ministros salpicados como el de Justicia o el Interior -a los que la colaboración de la oposición podría situar al borde del precipicio- la moción de censura ha evidenciado que no existe alternativa en el Congreso a Mariano Rajoy, que recupera así su carácter de garante de la estabilidad institucional.

En tercer lugar, el portazo dado por partidos como el PSOE a negociar siquiera la moción de censura la ha sentenciado a muerte antes de nacer, situando a Podemos en un callejón sin salida. Cuando Iglesias anunció su iniciativa en rueda de prensa, aseguró haber hablado con el PSOE, Ciudadanos, PNV, PdeCat y ERC. Según expusieron esos partidos luego, a algunos sólo les envió un SMS, por lo que han rechazado sumarse a la iniciativa.

Ni los líderes sindicales se han sumado a la propuesta

Iglesias también aseguró haber contactado con el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo -con quien aseguró que compartían un “diagnóstico” de la situación- y habló de conversaciones con Jueces por la Democracia. El viernes, este colectivo se negó a reunirse con Podemos porque como asociación judicial deben mantener su “neutralidad e independencia”. Por su parte, ni Toxo ni el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, han acudido a la reuniones con Podemos, a las que han enviado a otros dirigentes. Sí ha asistido a un encuentro el secretario general de CGT, José Manuel Muñoz, y el presidente del sindicato de técnicos del ministerio de Hacienda (Ghesta).

Por todos estos motivos, el mantenimiento de la moción de censura se considera "una huida hacia adelante" dentro de la organización. La única forma de detenerla es que las bases no la respalden en una consulta anunciada este viernes por la secretaria de Acción Institucional y vicepresidenta cuarta del Congreso, Gloria Elizo. "Es importante que exista un debate dentro de la organización", ha argumentado, después de que la iniciativa se presentara sin consultar con el grupo parlamentario.

El PSOE no se deja minar

Pero más grave quizás resulte que la moción de censura haya fracasado en su cometido principal: minar al PSOE. En pleno proceso de primarias, los socialistas han hecho alarde de su cultura orgánica y se han presentado como una piña frente a Podemos. A pesar de la fractura interna que vive el partido, ni siquiera Pedro Sánchez, considerado el candidato outsider, ha entrado al juego de la moción de censura. "No hay mayoría alternativa en el Parlamento", ha zanjado el ex secretario general que intentó gobernar con Podemos. Su equipo asegura que mantendrá esa actitud durante todo el proceso, a pesar de que Iglesias pueda tentarle con el ofrecimiento de la candidatura a sustituir a Rajoy.

"Si el PSOE rectifica y apoya la moción, que proponga candidato. Eso no va a ser un problema para nosotros”, explicaba el viernes por la mañana Pablo Iglesias en una entrevista en Radiocable. "Lo fundamental no es el candidato": "Lo importante no son los nombres, ni los partidos del parlamento: lo importante es España", ha defendido, "escuchando lo que dice la sociedad civil y tirar para adelante. Nosotros cumpliremos con nuestra responsabilidad".