Tras la batalla de los avales, llega el debate entre los candidatos a liderar el PSOE. En una campaña crispada por el empate técnico conseguido entre Susana Díaz y Pedro Sánchez en apoyos de militantes, el ex secretario general confía en ese 'cara a cara' para recortar la ventaja de la presidenta andaluza en 6.000 avales y ganar las primarias. Sánchez lleva un año deseando medirse con su principal adversaria, la que le dio la Secretaría General del PSOE y se la quitó después de que él intentara zafarse de su tutela y aplicar criterios propios.

Un año después llega el momento. Este lunes ha comenzado la negociación de las candidaturas con Ferraz sobre las condiciones del debate: bloques temáticos, turnos de palabra y moderadores. Cada detalle es fundamental en un 'cara a cara' que se presenta decisivo, dada la igualdad de fuerzas mostrada por los dos principales aspirantes. La fecha oficial, el 15 de mayo, con antelación suficiente para cerrar agenda y prepararlo a conciencia. La hora, a las 12.00 horas. Ese día permite contar con un colchón después hasta la votación del día 21 para reparar los errores que se puedan cometer en esa cita. En la tarde de este lunes continuarán las reuniones para determinar el resto de detalles respecto a formato y contenidos.

Sánchez ha asegurado que quiere hacer un debate "de guante blanco" frente a Susana Díaz y Patxi López, aunque cree que la presidenta andaluza pretenderá que sea una confrontación "agresiva, porque está nerviosa".

En las primarias de 2014, el debate que celebraron los entonces candidatos Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias duró dos horas, lo moderó la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, Carmen del Riego, y los candidatos contestaron también preguntas de los militantes, ya que en la sala había 33 afiliados de cada una de las candidaturas.

El empate en avales ha crispado la campaña interna con acusaciones de 'pucherazo'

"El debate va a resultar muy importante porque estas primarias se van a resolver por pocos votos", apunta un adversario de Pedro Sánchez, que teme que algún candidato "se pase de frenada" por la crispación generada tras la presentación de los avales. La escasa ventaja de Díaz ha llevado a la presidenta andaluza a mofarse de Pedro Sánchez por "alegrarse de quedar segundo", como ya hizo en las dos elecciones generales. El candidato madrileño le ha respondido reprochándole su "soberbia" y que presente un proyecto personalista basado en el "yo gano elecciones" de la presidenta. "A mí me gusta más usar la primera persona del plural", le respondió en La Sexta Noche.

Es crispación se ha contagiado entre seguidores de ambos candidatos, que se lanzan a la guerra sucia en las redes sociales. A la etiqueta #SanchezPucherazo lanzada por los susanistas el jueves le ha seguido unas declaraciones del alcalde de Calasparra, el socialista Pepe Vélez, que ha calificado de "mafiosos" a los miembros de la Gestora del PSOE. En un mitin este domingo de Pedro Sánchez en Murcia, Vélez ha reprochado que la Gestora no diera por válidos los avales presentados por varios nuevos afiliados (que ya habían pagado la cuota) en su municipio y ha animado a "a votar al mejor candidato y no a la faraona, que se ha olvidado a los militantes".

Las declaraciones de Vélez han sido duramente criticadas por portavoces de la candidatura de Díaz como Eduardo Madina, Elena Valenciano o el secretario general de Juventudes Socialistas, Nino Torres.

Mientras tanto, la candidata andaluza ha sacado a relucir su condición de madre este domingo en Huesca, donde ha asegurado que "quiere mirar a los ojos en el futuro a su hijo" y decirle que estuvo entre esa generación de socialistas que dejó a un lado las "tensiones orgánicas y los intereses del partido" y que puso por delante los intereses de los ciudadanos y de España. "Para eso quiero ser secretaria general", ha asegurado. La presidenta recurre así a una de las bazas de su campaña en las autonómicas de 2015, cuando su embarazo protagonizó su caravana electoral.

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Precisamente entonces, Susana Díaz perdió los dos debates televisivos que aceptó en su primera contienda electoral. La entonces presidenta de la Junta de Andalucía por la dimisión de José Antonio Griñán se peleó en el debate hasta con la moderadora, a la que reprochó no haber desempeñado bien su trabajo. Sus contrincantes, más que ganar, la vieron perder por ser incapaz de controlar una actitud arrogante.

Susana Díaz tendrá que combatir su imagen de "soberbia" en el debate

Susana Díaz, persona vehemente y transparente, no disimula sus emociones. Y Pedro Sánchez le suscita un menosprecio mayor aún que el de sus adversarios en las elecciones autonómicas. Más que el fondo de sus propuestas, su éxito en el debate dependerá de su capacidad de control de ese desdén. En ocasiones anteriores, la presidenta ha preparado a fondo esas confrontaciones con un amplio equipo de asesores externos de Madrid y Sevilla. Su obejtivo en esta ocasión será reforzar su imagen institucional como única garante de un PSOE que sepa hacer frente a Mariano Rajoy, ganarle las elecciones y dejar atrás a Podemos.

Por su parte, Sánchez quiere reforzar sus ideas-fuerza: Un PSOE de izquierdas que le plante cara al PP; un proyecto interno democrático, con consultas a las bases, y un liderazgo "humilde" frente al poder demostrado por los barones con su derrocamiento. En ese sentido, intentará confrontar su condición de representante de la militancia con el modelo de "dirigencia" de Susana Díaz y volverá a tener la mano a Patxi López.

Finalmente, el ex lehendakari confía en la autenticidad de los motivos de su candidatura para aumentar espacio tras el debate. Su discurso, consistente en preservar la unidad del PSOE frente a la fractura que representan Sánchez y Díaz, seguirá siendo el eje de sus intervenciones. "Los argumentos de Pedro son muy de mitin y Susana no tiene experiencia en debates", explica su equipo para justificar su optimismo.