Su desaparición es una incógnita. Ni sobre las causas, ni sobre los autores ni sobre el lugar en el que se encuentran sus restos existen certeza alguna 41 años después. La desaparición de Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur, uno de los primeros jefes de ETA, partidario de ir silenciando las armas para retomar la política, sigue rodeado de incógnitas. Por ello, el Gobierno Vasco, a través de la dirección de Víctimas y Derechos Humanos ha apelado hoy a quienes conozcan detalles de lo sucedido aquella tarde del 23 de julio de 1976 -en la que se le vio por última vez en San Juan de Luz-, a que aporten la información de la que dispongan para que el caso pueda ser reabierto.

El llamado caso Pertur ya fue investigado entre 2008 y 2012 por la Audiencia Nacional a instancia de la familia pero Fernando Andreu no logró determinar la autoría ni las circunstancias precisas en las que desapareció Moreno Bergaretxe y decretó su archivo. En la instrucción que llevó a cabo se desarrollan las dos hipótesis que siempre han rodeado el caso. La primera pasa por asignar su muerte y desaparición a los comandos bereziak, especiales de ETA, contrarios a las tesis que Pertur, partidario de relegar la acción armada. La segunda hipótesis plantea que fueron comandos antifascistas italianos, dirigidos por fuerzas y cuerpos del estado quienes hicieron desaparecer a Pertur.

Ahora, un informe elaborado por la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad del País Vasco, a instancia del Gobierno Vasco, tampoco ha logrado arrojar más luz pero sí confía en poder al menos reabrir la causa. El documento, presentado esta mañana en San Sebastián, se ha elaborado a modo de recopilación de la abundante información acumulada en estos años en torno a este caso. Material que según sus autores no permite determinar la autoría y ni muchas de las circunstancias respecto a lo ya conocido y que por tanto se limita a plasmar los argumentos a favor y en contra de cada una de las hipótesis.

Por razones "de justicia o humanidad"

Por ello, el responsable de la cátedra, Jon Landa, ha apelado a quienes puedan conocer más información sobre las circunstancias de que rodearon la desaparición de Moreno Bergaretxe que las den a conocer “por razones de justicia o de humanidad”, ha señalado. Información que podría proceder no sólo del entorno de los militantes de ETA a mediados de los años 70 sino de otros colectivos afines. Ha señalado que con ella sólo se aspira a que “los nudos de este caso se suelten”.

Landa recuerda que al tratarse de una desaparición el caso no está prescrito, pese a haber transcurrido más de cuatro décadas de los hechos. Ha recordado que la familia de Pertur “quiere conocer dónde están los restos de Eduardo Moreno Bergaretxe” y dar por cerrado el caso.

Los responsables de la investigación en la UPV han destacado que la instrucción de este caso carece del rigor suficiente en sus inicios y eso ha lastrado el desarrollo de la misma a lo largo del tiempo. Recuerdan que las indagaciones que tanto desde España como desde Francia se hicieron sobre las circunstancias que rodearon el caso “fueron muy escuetas”. Por ello, se han limitado a documentar toda la información existente al respecto, “ya que nosotros no tenemos capacidad para hacer una instrucción". Concluyen que el trabajo no pretendía “privilegiar una u otra hipótesis”, ya que como determinó el juez de la Audiencia Nacional, existirían razones para apoyar o descartar tanto una como otra.

En la UPV afirma que no se debe "privilegiar" ni la hipótesis de que lo asesinó ETA ni la de que fueron grupos neofascistas italianos

Una investigación que el magistrado Fernando Andreu cerró en 2012 al ser incapaz de determinar la causa de desaparición y muerte de Pertur. Interrogó a neofascistas arrepentidos y a varios etarras pero sin poder fijar ni reproducir las circunstancias de la desaparición de Moreno Bergaretxe.

La última vez que se le vio con vida fue el 23 de julio de 1976, cuando se subió a un coche junto a Ángel Apalategui Apala y Francisco Mujika Garmendia, Pakito, en San Juan de Luz. Aquella mañana a través de los canales de ETA fue citado en el bar La Consolation de la localidad vascofrancesa. No apareció nadie. Una hora después Moreno Bergaretxe abandonó el local. Casualmente, o no, a la salida se encontró con los dos miembros de ETA, Pakito y Argala, a los que pidió que lo trasladaran en coche hasta la localidad fronteriza de Behobia. Fue la última ocasión en la que se le vio con vida.

A partir de ahí, las versiones difieren. Pakito y Argala han negado siempre haberlo vuelto a ver. Años después, quien sustituyó a Moreno Bergaretxe al frente de los polimilis, Juan José Gurrutxaga Aizpurua, atribuyó a los bereziak, los comandos especiales de ETA, la desaparición de su antecesor.

La fractura de ETA (pm) y ETA (m)

Las teorías que sobrevuelan el caso van desde la reivindicación de su asesinato por parte de movimientos neofascistas italianos en colaboración con los servicios secretos españoles, -y reivindicados después por movimientos como la Triple A o el Batallón Vasco Español-, hasta la teoría con mayores visos de verosimilitud pero no confirmada: la muerte a manos de sus propios compañeros de armas, agrupados en los comandos especiales de ETA, los bereziak, temerosos de que las teorías de Moreno Bergaretxe se extendieran en las filas de la nueva ETA postfranquista.

Pertur se había convertido en uno de los referentes culturales e ideológicos de la ETA de la época y pronto adquirió carisma y liderazgo. No era el único líder. En 1973 ETA evidenció una profunda división entre los militares y los políticos que alcanzó su cénit en la VI Asamblea de la organización y que dio lugar a la fractura de la banda entre la rama política y la militar, entre ETA (pm) –que lideró Moreno Bergaretxe- y ETA militar, la que finalmente perduró.

Pertur abogaba por dividir ETA (pm) en dos grupos, uno destinado a la política y otro armado en la retaguardia

El ideario de Pertur quedó plasmado en la ponencia Otsagabia, que elaboró junto con Francisco Javier Garayalde Erreka. Fue aprobada en la VII Asamblea en septiembre de 1976. En ella defendía la necesidad de dividir ETA (pm) en dos grupos, uno destinado a la lucha política en forma de partido marxista-leninista para aprovecharse del sistema y un segundo grupo, el dedicado a la lucha armada, que pasaría a convertirse en mera retaguardia del primero.

La convivencia entre las dos corrientes de ETA (pm), la militar y la política, no fue pacífica. La paradoja del calendario sitúa el 8 de abril –el día del desarme de Bayona- el punto de mayor fricción y ruptura. Ese día, de 1976, ETA (pm) asesinó al empresario Angel Berazadi, tras 21 días de secuestro. Lo hizo en contra de algunos de sus dirigentes, como Pertur y sus seguidores, partidarios de cobrar el rescate y liberarlo. En la pugna se impusieron los comandos bereziak, liderados por Pakito, Apala y Eugenio Etxebeste, Antxon,  que no sólo agrandaron su distancia con las tesis políticas de Pertur sino que decidieron abandonar ETA (pm) e integrarse en ETA militar.

Pertur y sus ideas habían firmado su condena a muerte. Tres meses y medio después, Eduardo Moreno Bergaretxe desapareció para siempre.