Veinte de junio de 2013. Un desconocido Pedro Sánchez celebra un discreto acto político en Dos Hermanas (Sevilla) invitado por su alcalde, Francisco Toscano. "Era sólo un diputado más, pero el partido iba de mal en peor y teníamos interés por buscar alternativas", recuerda el regidor, que desde entonces le asesora en la sombra. Ofreció una charla en la Casa del Pueblo y gustó. "Le vimos perfil, imagen y capacidad, porque tenía vida orgánica, institucional y también había trabajado en la calle, otro bagaje", rememora.

Desde ese día, Pedro Sánchez se puso a trabajar con un objetivo: ser presidente del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba era secretario general del PSOE y se acercaban las primarias para elegir al candidato a la Moncloa tras la debacle electoral sufrida en 2011.

La hoja de ruta de Pedro Sánchez se dirigía hacia la Presidencia del Gobierno y no al liderazgo del partido. Pero todo cambió el 25 de mayo de 2014, cuando el PSOE perdió las elecciones europeas y surgió un nuevo partido, Podemos, con 1,2 millones de votos. Susana Díaz exigió la dimisión de Rubalcaba para ser proclamada nueva secretaria general, y éste le respondió con unas primarias y el lanzamiento de Eduardo Madina como rival. Entonces, los planes de Sánchez cambiaron y el PSOE se situó en primer lugar en su camino.

La recuperación de la Secretaría General del PSOE tres años después es un importante paso en esa andadura, pero sólo un paso más. La meta sigue siendo la Moncloa y las primarias, un ensayo general de su próxima campaña electoral. De hecho, su estructura y funcionamiento -con una oficina formada por voluntarios trabajando 24 horas al día y financiada con donaciones- se asemeja mucho a una candidatura presidencial norteamericana.

En la entrevista con El Independiente a dos días de las primarias, Sánchez consideró que su mayor error en estos meses fue no alcanzar el Gobierno. El motivo de ese fracaso fue la camisa de fuerza impuesta por los barones, que no le permitían negociar libremente su investidura con todos los grupos políticos. La negativa de la dirigencia socialista a si quiera conversar con Podemos o nacionalistas hizo que se viera abocado a alcanzar un acuerdo con Ciudadanos que los demás no quisieron suscribir. Quizás en otro orden de pactos, el resultado podría haber sido distinto.

Con un partido leal bajo su mando, ese error no se volverá a repetir. Aunque Sánchez no gane las elecciones, si mejora sustancialmente los resultados y se distancia de Podemos, podría volver a intentar un Gobierno. Quizás también una moción de censura a Mariano Rajoy, un escenario que tampoco descarta. Ése es uno de los mayores temores del partido de Pablo Iglesias, que ve un PSOE resucitado con posibilidades de recuperar un 30% del voto, aupado en el relato épico del héroe caído que se levanta.

Los números sustentan ese optimismo en el equipo de Sánchez. Antes de que anunciara su candidatura el 28 de enero en Dos Hermanas, sus hombres de confianza le prometían unos resultados muy parecidos a los obtenidos el 21 de mayo. Las previsiones fueron idénticas a los datos reales después del 4 de mayo, cuando se incluyeron en las proyecciones de votos los avales recogidos por cada uno de los tres aspirantes. Pedro Sánchez siempre supo que había agua en la piscina.

Conseguida esta meta volante, su candidatura seguirá trabajando para llegar a la Moncloa. El siguiente paso es que el congreso federal del 17 y 18 de junio se cierre sin grandes discrepancias para reunificar el partido y sacar adelante el proyecto político de Sánchez.

"Lo verdaderamente esencial no son los nombres de las personas que integrarán la nueva Ejecutiva Federal, sino el contenido de las tres ponencias -política, económica y social y de modelo de partido- que serán la definición del cuerpo político del PSOE", destacó este viernes Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, responsable de Estrategia y Comunicación, tras su reunión con la Gestora para iniciar el traspaso de poderes. "Siempre da algo más de morbo los nombres y apellidos que componen la dirección, pero para nosotros lo fundamental y principal y lo que estamos seguros más interesa a los españoles es qué futuro queremos para el PSOE y para los españoles", destacó.

"Comienza un tiempo nuevo, un tiempo de enorme ilusión, de compromiso con la sociedad española y de esperanza en el futuro", anunció el viernes el propio Sánchez en  un comentario en su perfil de Facebook. En ese texto explica que su primera reunión de trabajo fue el miércoles con los empleados de Ferraz para trasladarles su deseo de seguir trabajando juntos para que el proyecto socialista transforme "una vez más este país".

"Los españoles nos están esperando y tenemos que estar a la altura de sus deseos y necesidades. Urge una España mejor y esa España solo es posible cuando gobierna el PSOE", asegura.