La trayectoria de The Cure va ligada a la figura de Robert Smith, vocalista y uno de los pocos miembros de la banda que no la ha abandonado con el paso del tiempo. Smith creció en una época en la que no existía el compac disc, el Ipod y mucho menos Spotify o cualquier atisbo de música digital. Maduró entre vinilos y cintas de cassette (sí, aquellas que se desliaban con un bolígrafo Bic). El pequeño Smith fue la oveja negra de una familia ultracatólica que pasó de los sermones religiosos para dejarse seducir por el discurso gótico o afterpunk (no entremos en las diferencias que las hay, pero él flirteó con las dos tendencias y más).

Aunque Robert Smith odia que le encasillen, nunca podrá evitar pasar a la historia de la música como el responsable de otorgar un aire pop y comercial al movimiento afterpunk. El secreto de su éxito no sólo radicó en sus canciones, que eran bastante más poperas y menos oscuras que las de los underground Bauhaus o Siouxie and the Banshees; el triunfo radicó, sobre todo, en sus vídeos, parte esencial de su notoriedad.

La banda  ofrecerá tres conciertos en España: el 20 de noviembre en el Barclaycard Center de Madrid; el 24 en el Bizkaia Arena de Baracaldo y el 26 en el Palau San Jordi de Barcelona. Las sesiones prometen. The Cure o Robert Smith, tanto monta, no tiene nada que ver con Bruce Springsteen, pero comparten con él su idea de dejarse la piel en directo. Sus conciertos suelen durar en torno a tres horas, de manera que los nostálgicos que tengan previsto asistir será recomendable que vayan con el cuerpo descansado.

Marcado por una infancia difícil y solitaria, Robert Smith fue expulsado varias veces del colegio, cruzó la adolescencia siendo un rebelde introspectivo, socialmente acomplejado y huraño, en definitiva, el tipo de joven que todos ignoran. Enamorado de Mary Poole, su único y primer amor, a ella ya le escribió entonces las más bellas canciones.

A los 14 años Robert Smith formó su primera banda junto a sus hermanos Richard y Janet. Con educación musical, Richard y Janet tocaban el piano desde niños, él prefirió la guitarra. En 1976, formó Malice, la banda predecesora a The Cure que nació en 1978.

Killing an Arab, su primer single cuya letra rezuma influencia directa de El extranjero, ya sonaba en la radio en 1979. La fama es un cuchillo de doble filo con el que hay que aprender a jugar. Robert Smith no fue capaz de asimilarlo y casi muere de una intoxicación de éxito. Meses antes de cumplir los 25 años intentó quitarse la vida. Su proceso autodestructivo continuó con el alcohol, con el que desaparecía del mapa en los momentos más insospechados. Diez años más tarde, en 1989, compuso la que está considerada su obra maestra, Disintegration, un trabajo que fue repudiado por Ficción Records, su discográfica de entonces, que le vaticinó un suicidio musical. El cantante no solo demostró que la empresa se estaba equivocando, sino que The Cure alcanzó la cima de su popularidad con la composición de este trabajo. Desde entonces nunca se ha bajado del escenario, la banda de Robert Smith es de las pocas que ha sobrevivido a su época. El óxido del tiempo le ha convertido en un hombre feliz con su errores y desperfectos. “Me siento en paz conmigo”, ha declarado en más de una ocasión.

En sus temas, Smith lloraba a la agonía, a la tristeza y a la desesperación. Convencido siempre de que el desequilibrio emocional es la situación perfecta para crear. “Las mejores piezas de arte provienen de mentes perturbadas. Creo que el lado más funesto y lastimero del ser humano siempre va a ser el más emocionante, porque ahí es cuando las personas generan empatía y compasión. Las  canciones melancólicas me hacen sentir feliz. Es la más bella señal de compasión”, ha declarado en más de una ocasión.

Para el responsable de canciones como Close to me, Boys don’t cry, LullabyPictures of you, Fryday I’m in love, o Love song la música calma el dolor y renueva el alma. Enamorado de la literatura, sus referentes han sido, cómo no, Kafka, Camus y Sartre; aunque adora a J.D. Salinger y la poesía de Baudelaire. No en vano todos estos autores han dejado huella en sus 13 álbumes de estudio.

Robert Smith estuvo a punto de componer la música de Eduardo Manostijera, cuya imagen fue clara inspiración para el look del personaje principal. Tim Burton contactó con él, pero estaba ocupado grabando el álbum Disintegration y no pudo aceptar el encargo.

  • The Cure actúa el próximo 20 de noviembre en el Barclaycard Center de Madrid; el 24 en el Bizkaia Arena de Baracaldo y el 26 en el Palau San Jordi de Barcelona. Todavía hay entradas disponibles.
  • Un concierto recomendado para nostálgicos de la música de la década de los 80, pero no se confíen que la banda no ha parado de tocar y de evolucionar. Preparados para uno de esos conciertos eternos, si algo caracteriza a Robert Smith en directo es que se deja la piel.