Para un auténtico coleccionista, la sensación de agrado por una obra de arte que multiplicaba su valor con el pasar del tiempo es un extra que se añade al gozo de poseer arte".  Así pensaba el marchante de arte Michael Findlay, uno de los más famosos de Estados Unidos. Una filosofía que sigue siendo vigente en TEFAF. La feria de arte más grande y exclusiva del mundo que se celebra cada año en la ciudad holandesa de Maastricht. Una feria que presume de incorporar sólo las galerías más selectas, la que ofrecen garantías de calidad.

Es conocida como la ‘gran dama del arte’, por ser referente mundial del sector. Aquí se deciden las firmas que suben y bajan. Nacida hace treinta años como feria dedicada al arte moderno, abarca ahora desde las antigüedades al arte contemporáneo, pasando por la joyería, el papel y el mueble.

Este año son más de 280 las galerías que exponen por los pasillos enmoquetados con nombres de calles famosas de la feria. Seis son las españolas. La galería López de Aragón se encuentra al final de Madison Avenue. Esta familia de galeristas lleva 22 años viniendo a la feria y cuatro generaciones dedicándose al arte español. “Cada expositor se dedica a una época en particular”, explica Felix López de Aragón. “Quien viene aquí no busca simplemente una pieza bonita. Busca la pieza que falta a su colección”. Según estimación de TEFAF el público español representaba en 2016 el 2% de los 75.000 visitantes de TEFAF.

Cada expositor se dedica a una época en particular. Los coleccionistas buscan la pieza que falta a su colección

Entre los clientes que acuden están también los grandes museos, sobre todo americanos. La razón es que la calidad de las obras expuestas es máxima. No es sólo una cuestión de la firma del autor, o de la época a la que pertenece. Es también cuestión de trazabilidad. Un comité de expertos evalúa todas las obras que se presentan: mira los documentos de propiedad y la calidad de conservación. “Ha habido casos en que las piezas principales de algunas galerías se han visto rechazadas”, dice Mónica Piera Miquel, experta en mueble antiguo y miembro del comité de examinadores de TEFAF. Según esta historiadora del arte TEFAF es como un museo donde “hay que pasear para ver los grandes nombres, pero luego hay que pararse a mirar los objetos más pequeños”, los tesoros de esta feria.

Calidad y lujo aquí son sinónimos. Se aprecia en todo, en los tulipanes que decoran cada rincón de la feria, en los vestidos de los asistentes (muchos de ellos llegan en jet privado) y en el catering, donde, por supuesto no falta el champán. Este año TEFAF tiene motivo para la celebración. Se cumple el 30° aniversario de la primera edición. En Nueva York, a partir de este año, se han abierto dos exposiciones sucursales (una en otoño, en octubre, y la otra en primavera, mayo). Un órdago al establecido mundo del mercado del arte estadounidense por parte de una feria con marcado sello europeo.

TEFAF Maastricht | Galería López de Aragón

Galería López de Aragón GMP

Estado del mercado

El mercado del arte, como cualquier mercado, está compuesto de valores que suben y bajan. Desde hace muchos años que se habla de una ‘burbuja’ lista para explotar. Para Carmen Reviriego, analista de arte y presidente de Callia, este riesgo es remoto. “El mercado del arte evoluciona como los demás mercados. Hay sectores y autores que funcionan mejor que otros, como, por ejemplo, ahora el arte emergente. Pero los coleccionistas suelen comprar obras buenas, de calidad. Siempre funcionarán y siempre habrá demanda para ellas”.

Para poner orden en el maremágnum de cifras, cada año TEFAF elabora el Art Market Report, un informe sobre el estado del mercado del arte. El 2016 ha sido un año estable, con un crecimiento del 1,7% de las compraventas, por un valor total de 42 mil millones de euros. Se ha producido una caída del 40% en las ventas de las casas de subastas de Estados Unidos y del 30% en las de Londres. Una circunstancia que tiene a que ver con la crisis. En tiempos de austeridad los coleccionistas están recelosos de la publicidad proporcionada por las subastas. Firmas como Christie’s y Sotheby’s, que juntas representan el 60% de las transacciones, se están especializando cada vez más en la venta privada, solapándose a las galerías tradicionales.

China sigue siendo la gran promesa, pero Europa es todavía el mayor exportador de arte.

China sigue siendo la gran promesa, pero Europa es todavía el mayor exportador de arte. A la sombra de la Gran Muralla crece tanto el valor absoluto de compraventas, como el volumen de las subastas. Suponen ya un tercio de la cuota de mercado global. En el viejo continente el oficio de marchante de arte y de galerista sigue teniendo buena salud: se ha expandido un 20% el año pasado. El mercado europeo es el más grande del mundo: más del 50% de los operadores residen aquí. Por razones históricas, la mayor parte de las obras de arte en el mercado proceden de Europa.

La crisis por un lado ha ralentizado el mercado, pero por otro lo ha revitalizado.“Muchas familias españolas han sido obligadas a vender sus colecciones en los años más duros de la crisis”, dice Felix López de Aragón. Así el mercado se ha enriquecido de nuevas piezas. “Los cuadros de pintores como Picasso ya no se venden a cifras astronómicas”, explica Carmen Reviriego “porque ya no hay muchas piezas de calidad en el mercado de los grandes maestros. Esto no significa que no se puedan comprar obras de gran calidad de autores de primera plana como Léger”.

Entre los 30.000 objetos que forman parte de esta edición de TEFAF, que cerrará el 19 de marzo, los más codiciados son un fragmento de la Biblia de Gutemberg, un bodegón del pintor barroco Bartolomeo Cavarozzi (expuesto por  Galería Colnaghi, fusionada con la española Coll y Cortés) o la corona de 48 quilates perteneciente a la familia de la Princesa Diana Spencer de Inglaterra.