Fue durante su estancia en Japón cuando Ci Gua-Quiang vio en la pólvora el mejor de los pinceles, la tonalidad más fuerte. No había cumplido los treinta años y su visión del mundo explotaba, brillaba, cuando empezó a ser reclamado por sus obras al aire libre, por hacer vibrar a los espectadores con un arte tan poco convencional como su personalidad.

Había nacido en 1957 en una China dura, abrupta, con un padre que comprendía la flexibilidad dentro del desequilibrio. Gua-Quiang aprendió de él la exactitud, la voluntad, su padre era capaz de dibujar paisajes en pequeñas cajas de cerillas, y todo lo que él no pretendía hacer, no quería representar. "Mi padre era un hombre muy estricto que no conoció todos los caminos que podía explorar en el arte contemporáneo. Era de otra época y me inculcó el miedo a perder el control. Quizá sea esa la razón de que utilice pólvora, siento que la controlo", asegura a El Independiente en El Casón del Buen Retiro, a pocos metros del que será su taller dentro de unos meses.

Cai Guo-Qiang durante la creación de un dibujo con pólvora, The Geffen Contemporary, Los Angeles, 2012. Foto de Joshua White/JWPictures.com, cortesía de The Museum of Contemporary Art, Los Angeles

Cai Guo-Qiang durante la creación de un dibujo con pólvora, The Geffen Contemporary, Los Angeles, 2012.

Cia Gua-Quiang será el protagonista del último proyecto de Miguel Zugaza en el Museo del Prado y se llevará a cabo en colaboración con Acciona. Será el encargado, durante el mes de septiembre, de trabajar en el Salón de los Reinos sobre un proyecto que se expondrá en octubre de este año y al que llamará El espíritu de la pintura. "Velázquez, Goya... me han servido muchas veces de inspiración. Pretendo crear un diálogo con los grandes pintores españoles que se alojan en el museo y lo haré a través de la pintura dejando atrás el resto de modalidades artísticas", afirma. A lo que Zugaza añadió en la rueda de prensa que este proyecto "unirá a este artista contemporáneo con artistas que un día desarrollaron su trabajo aquí como los artistas barrocos, Velázquez, incluido".

Pretendo generar un vínculo espiritual, de sensibilidad, con el resto de obras"

"Mi intención es realizar una versión de los Fusilamientos del 3 de mayo pero con Palmira y así también generar un vínculo espiritual, de sensibilidad, con el resto de obras". Pero no sólo pretende crear un vínculo sino realizar una reflexión. Quiere mostrar como la pintura ha pasado de ser el arte protagonista a encontrarse en una situación de dificultad, de estancamiento. "En la antigüedad sólo tenían este arte para reflejar a la sociedad, los paisajes, lo que veían por sus ojos... Ahora todo ha cambiado tanto que es lo último que utilizaríamos. Tenemos los móviles, los selfies... quiero volver a la pintura para mostar su importancia. Como es el mejor medio para transmitir y como es el que más sensaciones despierta", añade.

En este proyecto también utilizará la pólvora como aliada. Lo hará en el antiguo Museo del Ejército, "es que como devolverle a la vida", asegura. "Este material se encuentra entre el instante y la eternidad. Con él soy capaz de mostrar un mundo invisible. Aporta energía, tiempo, espacio". Cai Guo-Quiang trata a la pólvora como si tuviese un sentido filosófico, como si en ella se encontrase la respuesta.

"En mis obras hay un gran componente filosófico, quizá una filosofía híbrida entre la que afloró en la antigua China y el la de los cambios, la transformación", alega. Algo que combina con unas fuertes creencias en su cultura, sus tradiciones. "Por eso este proyecto me gusta tanto. Llevó mucho tiempo realizando obras al aire libre, grandes performace. Gracias a El Prado vuelvo a mis orígenes, a mi sueño de niño de ser pintor sin pensar en nada más".

Cai Guo-Qiang dejó atrás la pintura y se ha convertido en uno de los artistas chinos más internacionales. En 1999 se hizo con el León de Oro de la Bienal de Venecia y fue el que se encargó de los efectos visuales en los Juegos Olímpicos de Pekín o su escalera gigante en la isla de Huiyu en 2015. "El arte te permite expresar todo lo que necesitas. Hay personas que creen que sólo puede ser político o social o combativo, pero el arte es lo que el artista pretenda decir y como él quiera decirlo. Por eso este proyecto es tan importante para mí, me ilusiona tanto, porque puedo expresar lo que necesito y lo hago en uno de los mejores museos del mundo".